martes, 29 de julio de 2008

Viste? a nadie le falta Dios...

Hola, esto pasó hace poco, lo he terminado de redactar hoy, pero pasó hace poco, le pasó al mismo weón que escribe y no fué hace más que unos días. Fué en la vuelta del trabajo y me dejó con una pequeña consecuencia que han provocado que recién hoy lo haya terminado. Un abrazo a mis dos co-protagonistas y un saludo sincero al resto... espero que cambien para bien. La lectura es real, me pasó a mi de verdad, puede también ocurrirles a ustedes. Tengan cuidado. Me gustaría que supieran entender, que lo que digo entre (paréntesis) o entre "comillas" no es lo que en realidad dije, hay una mezcla muy bonita (si se puede decir así) entre lo que dije a viva voz (no en gritos, no me gusta gritar) y lo que pensaba (palabrotas que pensé pero que no dije a nadie (aunque lo merecieran con ganas)). Sepan distinguir por favor y la lectura será más entendible. Les recuerdo que soy un roto de mierda pero no le falto el respeto a la gente! (aunque crean lo contrario). Para resumir, e insisto, escribo los garabatos pero no se los dije a las personas, los pensé nada más en el momento por lo que a continuación podrán experimentar. Ahora si, la lectura:

"Viste? A nadie le falta dios..."

Hoy día salí temprano del trabajo (bueno, a la hora normal pero sin atrasos), tras una prueba de capacitación conseguí un 97% lo que me traía de buen humor. Aumento en algo mi alegría un par de "pinchazos" que me pegué en algunas estaciones del Metro. Tenía razón una amiga, eso ayuda a que esas cosas que se forman en la cara y hace que se vean los dientes se generen (les llaman sonrisas, cierto?). Pues bien, llegó la hora del transbordo, a eso de las 18:55 Hrs. llegué y tras subir y bajar unas escaleras me encuentro con un embotellamiento humano (estaba tapao de weones). Miro en dirección a la última escalera que me quedaba para subirme al último metro que me quedaba y así poder bajarme en la última estación para que, en la última parte del día pueda abrazar a mi hija y poder comer alguna wea. La escalera estaba vacía! nadie bajaba ni subía por ahí, miré y miré hasta encontrar lo que impedía el paso. No se trataba de algún mantenimiento o nada, era una pareja de ancianos. Que les pasaba? me pregunté, la misma pregunta se escuchaba entre la multitud que intentaba mirar por entre las otras cabecitas mientras permanecía en paciente espera. No fue por mucho la calma. Comenzaron los abucheos clásicos de los weones cobardes que se ocultan entre la gallada, "yapo weón oh!", "apura la weaita po!" (estoy seguro que ni siquiera sabian que pasaba más adelante, pero siempre hacen lo suyo). Para peor, pasó lo de siempre, se juntan las mierdas y comienzan a hacer eco. Triste ignorancia troglodita. Por fin me entero de que wea pasa! los viejitos tienen tiradas unas bolsas en los escalones, lo estan recogiendo y volviendo a poner en un carrito de arrastre... pero que pasaba? ah, las personitas empujaban, no les dejaban arreglar las cosas tranquilos, volvían a tirar las bolsas. No era el lugar adecuado, pero observo algo importante: El ascensor lucía un enorme letrero de "fuera de servicio". La única bajada era esa escalera que los viejitos obstruían. No pensé mucho. Bueno, pocas veces lo hago... sobre todo en estos casos. Comencé a pasar por entremedio de las personas... "con permiso señora, con permiso señor" decía.

Iban: Empujones o pisadas sin mala intención de mi parte.

Venían: chuchadas y algunos codazos mal intencionados mero mero en las costillas gracias al alto auspicio de unos desgraciados hijos de su puta madre.

Claro, no podía faltar algunos que tenían algo más de personalidad que me retaban y me maldecian "por mi apuro"... y por supuesto, un creciente abucheo de los "héroes" que atestaban más y más la zona de tránsito. Nadie es capaz de hacer nada por la chucha? en vez de eso, se formó una especie de "paso", los personajes se afirmaban de la baranda y sorteaban levantando sus piernitas, las bolsitas de los abuelos... putas bolsas, puta gente... "No se preocupen, ya casi llego" me decía, "ya casi llego... ya llegaré... esperenme un poco más, ya llego... si". Miraba a ver si nadie intentaba ayudarlos, pero nadie, el único puto cabrón que no miraba el lugar sin afán de saltar las bolsas era yo por el momento. Una dulce señora me tomó del brazo y me dijo "puta que vai apurao weón!, deja pasar a los que estamos esperando de antes", de un tirón me safé de ella, la vieja de mierda me clavó sus garras en el brazo, creo que me rasguñó con el tirón... vieja puta!. "ya casi llego!". Los pobre viejos se ponían más torpes con los empujones, los weones que pasaban tumbándole sus avances y los gritos de los chuchas de su madres que comenzaban a "alabarme" a mi también. Ya casi llegaba! "permiso señora, permiso señor", unos pisotones y los ultimos codazos ya no importaban, "ya casi llegaba" me decía. De pronto Uf! un hombrazo en la cara, casi me tiró los lentes el weón, "si, ya sé que tu pasarás primero que yo, eso, pasa sobre las bolsas weón. Pasa despacito nomás, ah, y si te sacai la chucha por la escalera yo te voy a ir a recoger concha de tu madre!. Baja con cuidadito...". Aproveché de seguir el resto del tramo al mastodonte que me pegó (en realidad unos pasos, pero insufribles frente a la muchedumbre). Estaba más cerca.

Puta la wea, no me había fijado en la cara de urgida de la pobre abuelita. Si hubiera visto esa cara a lo lejos, quisá llegaba antes. El señor que estaba con ella (casi de la misma edad, quizá más) no hacía nada, hacía apenas un pobre esfuerzo para no dejar que la gente les empujara escalera abajo. "permiso señora, permiso señor... llegue mierda!", la señora me miró con la misma cara que miraba a los demás, quisá pensó que también saltaría sus bolsas. Le dije "permítame ayudarle...", me acerqué bien para tomar las bolsas. Eran 2 bolsas de feria grandes y como unas 3 o 4 pequeñas, una de las bolsas grandes y dos pequeñas estaban amarradas a un volcado carrito que no podían poner en posición. Seguían los abucheos, algunas risas y, como ya no avanzaba la fila porque estaba yo en el lugar del "paso", empezaban unos peligrosos y maricones empujones... "la gente", no culpo a todos, pero "la gente"... mi plan era el de tomar la bolsa grande con una mano y el carro con la otra, la señora se encargaría de las pequeñas que restaban... NO! que wea llevaban en la bolsa? chucha la wea, la bolsa grande suelta me la pude a duras penas, pero el carro no lo pude siquiera levantar! la señora decía "mi marido no puede hacer fuerza, disculpeme", "no se preocupe señora" como pude esbosé un sonrisa que ella respondió de similar forma. El abuelo también sonrió.

Maricones! me han empujado y casi pierdo el equilibrio, si no hubiera bajado la bolsa y la uso de apoyo, me hubiera sacado la chucha. Atrás mío una mujer disfrazada de tenida formal y de aspecto escuálido me dijo "vai a pasar o no?", la miré con cara de "la señorita no ve que no estoy webiando?", creo que se contestó sola su pregunta. Bien por ella. La señora rápidamente desamarra tres bolsas pequeñas, le pasa una a su marido. Se queda ella con dos. Me dice "te ayudo con el carro". Fuerza nuevamente, tomo la bolsa suelta con la mano izquierda, levanto el carrito con la otra bolsa grande y una de las pequeñas. Ella mantiene el equilibrio del carrito tomándolo del asa. Puta las weas pesadas! no comenzaba el descenso y me dolían las muñecas! estoy muy cagao físicamente o las bolsas son muy pesadas. La combinación de ambos creo. Empiezo a bajar. El choclón de gente bajaba con nosotros. Les miraba de reojo. La abuela me sonreía. Miro hacia abajo y me parecía las escalera más grande por la chucha! si miro otra vez en otra direción le seguirán sumando escalones a la wea? mejor no distraigo más la vista o si no, no bajaré nunca. Iba por el tercer escalón (toda una travesía entre acarrear el peso y mantener el equilibrio) y escucho de la abuela decir "Viste? a nadie le falta Dios...". Me dolían las manos, pero ya no tuve sensación ninguna de falta de equilibrio. No bajé rápido, pero bajé ya sin titubear y a ritmo parejo. "No escuché" ninguna chuchada más. Bajé cagado de la risa...

... "Viste?, a nadie le falta Dios" dijo la señora a su también anciana pareja. Iba a escribir esto esa misma tarde pero me dolían los brazos. Apenas llegué abracé a mi hija, ella me esperaba con su alegre sonrisa, un besito y una abrazo de su parte bien apretado (a nadie le falta Dios); saludé a mis padres sonriendo (a nadie le falta Dios); lavé mis manos y me mojé la cara, sentí el agua helada de la tarde (a nadie le falta Dios); miré al espejo y me vi reflejado (a nadie le falta Dios); me paré derecho y me estiré, sentía como me sonaban algunos huesitos y me dió un escalofrío por el espinazo (a nadie le falta Dios); respiré profundo y sentí el aroma de lo que me esperaba para comer (a nadie le falta Dios); no comí un banquete, pero calmé mi hambre y agradecí (a nadie le falta Dios). Todos contamos con lo que tenemos y lo echamos de menos cuando lo perdemos nada más. Que pasaría si se aprecia lo que se tiene de una buena vez? el despertar en un nuevo día, ver la luz, ponerse de pie, sentir frío y caminar es un privilegio (incluso hasta olerse un puto peo!). Y quien lo agradece? olvidamos lo que tenemos y no le echamos de menos sino hasta que lo perdemos. Tenemos tanto que otros no, y no lo sabemos disfrutar ni agradecer. Somos unos malditos egoístas de la gran mierda, encimismados en puras weas, tan vanales como irrelevantes. Que a nadie le falte Dios esta en uno mismo. Dar la mano y ayudar no cuesta nada, no esperemos que alguien haga algo para recién atreverse. En ciertos eventos sale la personalidad, la valentía, el heroísmo pero donde de verdad pueden actuar, se hacen los weones...

... Una vez bajé del último escalón, la señora me dijo "muchas gracias joven..." creyendo que la dejaba hasta ahí, le contesté "no se preocupe, tengo quedejarla un poco más allá para no estorbar el paso (de los conchas de su madre y el resto de la gente bonita que vienen atrás de nosotros!!!)". "Muy amable" me contesto sonriente. Bajé las bolsas, puse en posición y enderecé las piezas del carrito (que a esas alturas iba algo desarmado) y me disponía a volver a apilarles las cosas, en orden tal, que fuera más dificil que se volcara o, si lo hacía, evitar se dispersara lo acarreado otra vez. Ella me lo impidió diciendo "muchas gracias, ahora yo me encargo de esto, muchas gracias otra vez joven" y me dió ahora una sonrisa de esas que pareciera que se ven cuando alguien se convierte en millonario. "No ha sido nada señora, vaya con dios" le dije. Que? no se me ocurrió ninguna otra wea que decir!... en fin, dejé a la señora rehaciendo su equipaje y me fuí a la chucha. No quería medallas ni nada, pasé entre la gente como otro weón más, pero me sentía revitalizado. Me dolían las manos ahora de nuevo, de hecho me dolían las articulaciones de los dedos, la muñeca, los músculos de los hombros, llegando hasta el cuello. Ambos brazos me dolían, las weas me palpitaban. Estaba cansado y sudado, incluso, sin tanta concentración, oía mi corazón latir agitado. Pero no me importó, nada de eso lo hiso, me reía otra vez. Me cagaba de la risa. Del weón que me pegó, de la vieja que me agarró, de los weones maricones, de los codazos, de la ignorancia, de las chuchadas, los empujones, de la cobardía, etc. Me reí de todo y de sus putas madres! jajajaja me enojé, putié, pero ya pasó, ahora me cago de la risa jajajaja y ja!!! y me rio. Bendiciones! :)

domingo, 16 de marzo de 2008

¡Emergencia! - Dia 02

Ha pasado mucho desde que relaté el primer día, pero la continuidad, es la continuidad. Esto pasa inmediatamente después del primer texto, la misma noche después de llegar a casa. Ahora, esto supone una pequeña desconcordia respecto al título. Esto no pasa justamente al otro día. Es la continuación del final del día uno y el comienzo del día dos... por tanto, no tendría que llamarse "día dos" la wea... puede ser ¿Continuación del día 01 y luego día 2?, o ¿Día 1,5 y 2? No, todo es mucho webeo, por el mismo motivo, decidí dejarlo como Día 02 nomás. Total las weás las escribo yo, quedan lo mejor que puedo y listo jajaja sonó a que me dio la wea jajaja y ja. Aunque no todos me sigan creyendo, los hechos que relato son reales y, de verdad no deseo que a nadie le ocurra esto algún día...

Día 2... Digo, final del día uno... bueno, ya entienden la wea, como sea: Continuo con la mágica aventura... que me tiene al borde de un ataque de desesperación y quizá, al borde de la locura (bueno, eso último me sonó a un día cualquiera). Después de acostar a mi hija y esperar que se durmiera, me dormí yo. Seguía agradeciendo el ser yo el weón que viva esto. Así me dormí y así gané sueño. Imaginando las otras posibilidades y agradeciendo que fueran eso nada más: ya imposibles hechos del pasado. Como mencioné, logré dormir, pero me duraba a ratos en un comienzo. Como la cama ahora nos queda grande a los dos, mi niñita se hizo la costumbre de ser "algo" desordenada para dormir, así que luego de recibir un par de "upper cuts" y unas patadas en el maxilar superior (eso suena mucho mejor que "patá en locico"), me decidí y la acomodé bien. Me dormí sobre las frazadas y bajo el plumón, dejándola a ella y sus certeros golpes (que no sentía mucho, pues estaba todavía bajo el efecto de lo que me habían clavado en la urgencia) alejados de mi por lo que me quedó de noche. Despierto al otro día (¡Por fin, el mentado "Día 2" del weón!) y le gano al reloj. Siempre pasa que si es algo importante, despierto sin necesidad de alarmas. Claro, esta vez no logré mucho porque me quedé acostadote y pensando weás... era una frase, más de una... eran tonteras que no recuerdo... trato de recordar… volvía a agradecer ser yo, pero pensaba en... ¡Maldito reloj! no me avisas que vas a sonar. Aprovechando el mismo salto del susto, me incorporo y te apago desgraciado desconsiderado. ¡¿Que acaso no viste que ya estaba despierto?!... me di cuenta que el cachete del culo me dolía, habrá de ser el pinchazo imaginé (lo confirmaré más tarde). Despierto a mi mamá que me dijo me acompañaría al hospital el día de ayer. Fui a despertar a mi hermana también, quien media sonámbula (y todavía preñada), llegó a mi cama para que duerma al lado de mi hija. No quiero que cuando despierte, se sienta solita. Un beso a sus sueños antes de abandonar la habitación y a la acción. Salimos sin tomar desayuno, nos salvaríamos con algo por allá. Lo primero era llegar a buena hora y de ese modo no perder tanto tiempo en la fila. En dirección al paradero -y de ahí a la posta-, mi mamá me pregunta si llevaba todo, pasé mi lista antes de llegar:

-"A ver, a ver:

¡¿Nariz?! ¡Presente!,

¡¿Plata pal pasaje?! ¡Presente!,

¡¿Culo adolorido?! ¡Presente!,

¡¿Mamá wena onda?! ¡Presente!,

¡Tonces vamos mis campeones!"

Con el equipo completo y camino al hospital, sentía me faltaba algo. Es algo común para mí. Casi siempre tengo la misma sensación, pero esta vez sentía era de verdad. Hacía memoria para determinar que era... nopo, si llevo a mi mamá, el dinero, la nariz y el culo... ¿Que más podría ser? Algo había olvidado, pero no sabía qué... casi a mitad de camino nos tuvimos que bajar del bus, pues sin las radiografías y la hojita de ínter consulta no me iban siquiera a preguntar el nombre... para variar y por culpa del weón, de pasar a estar en buena hora, íbamos atrasados. Rápido ejercicio para llegar a casa y ejecutar la misión de rescate: bajar del bus - esperar que pase locomoción de vuelta - subir bus - bajar al paradero - caminar 3 cuadras - entrar a casa - buscar papeles - encontrarlos donde se supone estarían a la vista para no olvidarlos - salir de casa - caminar tres cuadras - esperar el bus... de nuevo. Tras unos minutos ¡Pasó el bus otra vez! Nuevamente camino al hospital. Esto de llevar un parche en la nariz es llamativo parece, no hubo casi nadie que no mirara el show jajaja eso que el parche cubría la herida nomás, si me iban a poner yeso ¿Que tan maravilloso será el show entonces? Creo que no tardamos tanto en llegar al hospital, pues la cola apenas daba vuelta y media a la sala... eso nada más. La fila nos demoró cerca de una hora, y todo esto, para que timbraran el papelito nada más. Nos dirigimos al área de "otorrino" y la señora de recepción, tras hacer su trabajo de recepcionar mi recién timbrado papelito, me dice con un dejo de ironía: "ahora hágase la idea de esperar muuuucho, porque usted es el último", le dije -"muchas gracias señora ¡Esto si que es calidad de atención!". No le gustó mi respuesta a su chiste, me miró con cara de "me querís pescar pal webeo?, mira que hago que te atiendan mañana motherfucker!". Detuve la batalla de miradas retirándome de su vista. Me fui a sentar a lado de mi mamá. Una tele de 14 pulgadas, con los colores distorsionados debido a una mala señal, casi sin volumen y al fondo de la sala de espera, era la distracción perfecta para todos quienes estábamos ahí. El triste show de un matinal que lucha por tener más audiencia hacía aún más penosa la estadía en la sala. Entiendo ahora las caras largas de quienes estábamos ahí, había que hacer algo. Al cabo de unos minutos y sabiendo que me llamarían al final, animé a mi mamá para que saliéramos a comprar algo para desayunar. Iba a ser mucho el rato de espera como para dejar que nos aburriésemos ahí, y bueno, permitir que nos sonaran las tripas.

A la entrada del hospital (¡¿O a la salida?!) había unos localcillos de comida. Frituras y empaquetados era el menú que reinaba. Bueno, no pretendíamos un bufete, tampoco nos alcanzaría... pedimos dos "swanguishes" de ave, 2 bebidas gaseosas y 2 empanadas... pagamos y entramos. Entré por la salida (¡¿O la entrada?!) con la idea de haber olvidado algo, pero no me importó. ¿Que podía ser ahora? Daba lo mismo, traje los papeles, me iban a llamar tarde y había hambre en nuestro ambiente a esas alturas. Al comienzo íbamos a comer fuera, pero decidimos que no. “En una de esas me llamaban antes” pensé. Mi estado según la hoja era "grave", así que existía la posibilidad. Una vez dentro nos disfrutamos primero las empanadas, las cuales ¡SI tenían carne! era una sorpresa, pues estoy bastante acostumbrado a comer cebollas carnívoras o con carnes de combustión espontánea, en fin, no me gustan mucho las cosas muy aliñadas y/o con ají, pero estaban bien buenas esas delicias. Luego me zampé el emparedado de ave con la bebida... conversábamos con mi mamá acerca de varias cosas, nos reíamos con anécdotas y cosas para pasar la hora, en el ínter tanto notábamos como la sala se iba vaciando poco a poco (¡Y también como el efecto adormecedor que tenía, se me iba pasando del todo!). Menos mal que ya había alcanzado a comer algo, ahora comenzaba a hablar con algo más de dificultad (más de la acostumbrada) y sabía que si mascaba algo me dolería... menos mal que el desayuno ya lo habíamos terminado. Seguíamos en lo estábamos, hasta que dicen mi nombre por el altoparlante (¡Que lo tenía arriba mío y sonó como nunca el desgraciado!). Imagino que llamar al último es como decir "¡Soy libre mierda!", me sonó a grito libertador esa llamada jajaja bueno, bien por ella que ha terminado su labor. Caminé destapándome los oídos hacia el pabellón 16, tal como lo ordenó la amigable voz, gangosa y robotizada, que nos sedujo toda esa mañana. Aunque alcancé a conversar relativamente bien con mi mamá, la cara nuevamente la comenzaba a sentir, estaba doliéndome ya toda la calavera. No tenía hinchazón pero estaba camino a eso creo. Me dije "le diré al doctor que me dé pastillas para el dolor y la inflamación", si, eso haría. Me estaba doliendo harto ya... si, después de que me revise, le pediré calmantes... aunque hubiera preferido quedarme así, de haber sabido lo que se venía después... ¿Y esa música? Se oscurece todo… ¿Porque comienza a llenarse de humo el suelo? Cierro los ojos y los vuelvo a abrir, todo esta tal como estaba... el dolor me hace ver weás... mejor sigo mi camino al pabellón 16.

Llegué a la wea y un señor me hizo pasar a su pabellón. Me preguntó después de una rápida mirada a la hoja y las radiografías "¿Te duele?" -"Solo cuando me da risa" respondí. ¡Lo decía enserio! Pues cualquier mueca me hacía ya tener dolor a esa altura del día. El desgraciado del doc parece que pensó que me lo estaba agarrando pal webeo, y poniendo una cara de "acá el chistoso soy yo" me agarró fuertemente la nariz con unas "pinzas de tijera" que abrían mis fosas como si fuera el bolso del gimnasio jajaja el weón maricón, luego, apuntó dentro de mi nariz con una linternita (la que primero me dio en los ojos y me encegueció por unos segundos). La fuente de luz era pequeña pero poderosa, sentía que me quemaba la entrada de mi naricita y más adentro. Tratando de no prestar atención a la horrible escena, miraba hacia otro lado... ¡Si que era fuerte la luz! de reojo veo que luz sale de mis orejas, dibujando sombras chinescas en la pared, mirando de reojo me parece haber dibujado... un Power Ranger! Miro al otro lado y veo una Princesa Disney jajajaja miro al techo y ¡Estoy proyectando la señal de batman! ¿Me estai webiando? jajaja weno, eso no ocurrió así, pero tenía que ir a "mi lugar feliz" pare escapar un rato del dolor. Involuntariamente me corrían algunas lágrimas. Vuelvo a la realidad cuando escuché que el doctor me dijo "respira". Me salía el ahora clásico "pitito" de una nariz chueca. Inhalo ifffffffffff... exhalo fiiiiiiiiii... inhalo iffffffffffff... exhalo fiiiiiiiii... con otras pinzas más delgadas comenzó a limpiarme mis fosas, tirando restos de algodón, coágulos de sangre y pelitos nasales... ¡Y sin piedad!... De nuevo me ordenó respirar, otra vez el show del "ifff fffi" que ahora sonaba más claro y fuerte gracias a su prolija limpieza. El señor era inconformista, eso generalmente se agradece… pero a el no. Me miraba fijamente de frente, calculando proporciones parece. Su cara se iluminó con una idea que coronó la torta. El muy mierda intentó "acomodar" la nariz de manera manual. Dijo "se ve algo corrida a un lado" y me agarró con sus frías manitas el muy méndigo. Mis lágrimas simplemente le animaron a seguir más duro al maricón... luego de un ratito (¡Segundos que parecían horas!) parece que se dio cuenta que no iba a arreglar nada de esa manera. Le echó un nuevo vistazo a las radiografías y, seguido a esto me preguntó de nuevo, "¿Te duele?". No se porque preguntó, si fue por hacerse el gracioso o no. Estoy seguro que veía como me corrían las lágrimas, me salía saliva y espumaba por la boca y todavía tenía espasmos involuntarios de puro dolor... me seguía mirando, esperando mi respuesta... ¡¡¡Le tenía que responder luego o continuaría "verificando", a ver si podía arreglarla con su horrible método!!! Mentalmente bajé el latir de mi corazón el cual se quejaba a gritos. Tenía que decirle pronto que "si" para que no creyera que no me dolía y continuara poniendo la nariz en su lugar. Tengo que decir "si", tengo que decir "si"... ¡¡¡Tengo que decirle "SI"!!!... salivo algo mis labios y comienzo un patético y triste espectáculo... "sss... ifffff.... pff... fiiiiiiii... ssss... ifffffff... spf... ifffffi... ifiifffiiifi... pf... sss... jjjf... ifi, ifi... ssss... ififi... ohmaigad... s... -inhalo- iiiif... -exhalo- fiiii... -inhalo- iffff... -y gracias a las todopoderosas deidades digo- si...” Casi me cagué -literalmente- pero ¡Por fin lo dije! El doctor frunció algo el ceño y dijo de modo muy simpático: "¡Ya! es una fractura así que te vamos a poner yeso, vaya a la sala Número 8". Temblorosamente solté los rasguñados posa brazos de mi asiento. Me pasó una toalla de papel con la cual me limpié mis rojos mocos y mis dolidas lágrimas. Me incorporé como pude (me temblaban las piernas y sentía que me iba a sacar la chucha de un momento a otro por desfallecimiento). Veía borroso todo, me puso una hojita en la mano y salí diciendo "gracias..." (Ayayay... ¡Gracias desgraciado! No sé como te diste cuenta que era fractura ¡Te voy a postular pal Nobel de medicina! me hiciste creer por un momento que la radiografía con la doble rajadura en la nariz era un tatuaje aweonao conchadetumadre!... te voy a acusar con mi mamá... ayayay). Como pude y aparatosamente, salí, caminé y me paré al frente de la sala que me había nombrado, la número ocho. Me dolía mucho y por un momento olvidaba que tenía que estar agradecido de ser yo… puta la wea que me duele… el pensar en mí, me hace creer y preguntarme ¿Por qué yo? El maldito ego sale a flote a veces, pero comenzaba a controlar el dolor, recapacitaba y mi mentalidad me animaba a sonreír… cuesta la wea, pero pasan dos cosas. La primera es que el pensar que esto lo podría estar pasando mi hermano chico, me fortalece (si el estuviera pasando esto, me diría “que daría por estar en su lugar”, como no sé todas las reglas del juego, siento que esto es el cambio que pedí y que las cosas cambiaron por mi solicitud… es difícil de entender la wea, pero lo describo lo mejor que puedo jajaja); lo segundo es que hay quienes han de sufrir más en estos mismos momentos. No me consuela tanto lo segundo, es decir no me alegra que alguien sufra más, pero me dice que podría ser peor… ¡Y que no me queje tanto!

Estando de frente a la puerta que decía "sala número 8", me di cuenta que no me llamarían de inmediato. "No importa" me dije mientras mi respiración bajaba de pulso, recuperaba en algo mis fuerzas y me erguía derecho nuevamente, el tratamiento anterior me había dejado como viejo culiao jajajaja. La puerta -al comienzo- estaba entre abierta y veía que atendían a una niñita que tenía un grave caso de "¡No-me-importa ni-te-importatitis!". Ya mucho más repuesto del dolor y adivinando que primero tenía que salir esa niña para luego ser yo atendido, salgo de ese tenebroso pasillo -me limpio con las mangas de la polera la cara y esbozo una sonrisa- y le aviso a mi mamá me iban a poner yeso. Le dije que saldría "en un rato más", pues pensaba que el trámite del yeso sería rápido. Ella me acompaña y se queda conmigo en el pasillo. No tenía miedo ni nervios, pues ya había asumido que este "trámite", no sería tan doloroso como la "revisión" que me hizo el doctorcito "manito de monja". Como nadie salía con ánimo de ver que queríamos, golpeo la puerta y sale una mujer que mira la hoja y me dice "espere un momento por favor". No se lleva la hoja ¡Pero no importa! La visión de lo que ahora se venía, se me hacía más positiva pues aunque la puerta ya estaba cerrada, a intervalos veía que sería atendido por esas mujeres que, vestidas de radiante blanco, atendían a la pequeña (un ramillete de 5 mujeres que iban desde los 20 y tantos hasta los 40 y tantos), cada una con diferentes y admirables atributos físicos. Todo bien, ellas demostraban experiencia, profesionalismo y pericia en lo que hacían… bueno, dos trabajaban y el resto estaba ahí para ser admiradas por mi. Como sea, era lo que alcanzaba a notar en el ínter tanto que alguien entraba o salía de la sala. De pronto sale una sexta mujer, alguien que no había visto, era la señora del aseo (lo pensé así porque tenía la cotona azul y verde, toda manchada y las uñas sucias), me dice "¿Que quiere usted?". Ya estaba mucho más recuperado del dolor, le dije casi sonriente "el doctor me dio esta hoja y me mandó para acá" -"Espere un momento" -fue su respuesta y cerró por dentro. Al rato sale la misma señora y me dice secamente "Pase usted… se acuesta en la camilla del fondo por favor". Ah, no era tan pequeña la sala, entrando noté que efectivamente, además de la sala había una camilla. Le iba a preguntar adonde dejaba las radiografías que llevaba en la mano: "disculpe, donde pued... " -y me interrumpe- "señor, acostado EN - LA - CA - MI - LLA"... -¡Ta bien, ta bien! no se chamusque la ñora!!! Dije para mi (imagino que no habrá de ser un buen día para ella, teniendo que hacer papeleo además de su labor de sanitización), las demás mujeres seguían en lo suyo. No tomaron en cuenta mi presencia ni la vocecita de la señorona que me retaba. Callado, me dirigí hacia donde apuntaban sus sucias uñas. Pasó algo en el camino... ahí me acordé de lo que me faltaba haber comprado a la hora del desayuno: ¡CHICLES o PASTILLAS DE MENTA! Me acordé que tenía que estar emanando una suave fragancia a ¡Las empanadas desayunadas! No podía ser cierto, si bien el dolor sufrido en la sala anterior me hizo olvidar de este pequeño detallito, ahora estaba ya avergonzado de lo que pasaría. Intenté olerme yo mismo el aliento, todavía de camino a la camilla (no es que fueran metros, lo que pasa es que todo esto ocurre en apenas segundos) me tiraba el tufo yo solito: no sentía nada. Tenía que haber perdido ya el sentido, obvio, la revisión del doctor no me quito solamente el alivio. A estas alturas mi sentido del olfato habrá de estar en el cielo, de seguro ya sentado a la diestra del señor... ¡El dolor otra vez! olvidé decirle al doctor que me diera algo. Me sonreía otra vez, creí graciosa su técnica de hacer que me olvide de pedirle algo para aliviar el dolor... ¡Provocándome más dolor! jajaja imagino que acá en los yesos no me podrán recetar algo... ¡Puta la wea! ¡Más encima estoy con aliento a cebolla aliñada! ¡¿Como poder estar tranquilo frente a las mujeres que ahora me atenderán?! Bueno, contendré en algo mi aliento, total ¿Que podría salir mal?... odio recordar esa última frase, me trae malos recuerdos... por algún motivo, siempre que llego a esta parte, el mundo se detiene, el ambiente se oscurece y se llena de espeso humo... se escuchan además unos timbres de piano, la melodía del señor FKruegger... ¡Méndigo cabrón! ¿Quien me iba a decir que todo lo que hasta ahora había vivido con mi nariz, no era nada en comparación a lo que ahora se vendría? ¡Maldita mentalidad positiva! jajajaja siempre pensado weás jajajaja pero weno, tenía que seguir alegrándome de ser yo quien lo vive, y nadie más... ¿Me escuchas? ¡No me asustas!... si ¡Tengo que ser yo!... ¡¿Pero porque chucha?! Vas a seguir Jajajaja y ja

Estando dentro de la sala y viendo el escenario más de cerca, me di cuenta mejor de las cosas. Además de notar que era más grande de lo que desde afuera se podía notar, y antes de acostarme en la camilla, vi que atendían a la misma niña, quien estaba en algo que pude reconocer de cerca como una silla de torturas. Faltaba el casco de metal y las amarras de cuero para ser silla eléctrica. Pobre de ella, ahora sé el porque de su cara de espanto. Aunque ahora me importó saber que le hacían (o que le iban a hacer), no pude descifrar nada. Algo interrumpió mi inspección, la mirada de la señora estaba clavada en mí. Me acosté rápidamente en la camilla antes de ser reprendido otra vez. Acostado y con las radiografías en las manos, sentía alegría a pesar de todo. Ese algo (que tendrán que estar cansados de leer) me mantenía con buen ánimo, sonreía. El dolor y el aliento a cebolla se hicieron a un lado por un buen rato. Pasaban los minutos y yo seguía acostado, ya tenía como 10 minutos ahí en esa posición, me estaba dando sueño, estaba agotado. Somnoliento siento la voz de mi mamá, quien pregunta por mí. Antes del portazo, escuché un "ya va a salir", esa fue la respuesta que le dieron, la ahora inconfundible voz de la señora malas pulgas. Ella no me estaba gustando. Me despierta un pequeño grito de la niña, la señora del aseo la molestaba porque pidió que hicieran pasar a su papá ya que estaba asustada. No veía a ninguna de las mujeres, pues la cabecera de la camilla apuntaba al lado contrario. Sabía que estaban ahí y me mantenía de buen ánimo porque luego yo estaría rodeado por ellas jajaja. Tras la petición de la pequeña, la señora del aseo intentó subirme a su balancín, se paró al lado mío y me dijo "¿Usted también quiere que pase su mamá?" sonriéndole a quienes no podía ver, "no gracias, es usted muy amable" le dije, ella me miró con mala cara pues no seguí su perverso juego. Al cabo de un rato, la niña y su padre se fueron. Nunca supe que weá fue la que le hicieron, imagino que yeso también, por motivo de estar en una silla, lo más probable es que haya sido en alguna pierna o brazo, como sea. Por un momento pensé que me habían olvidado, pero la señora del aseo estaba ahí conversando con un par de señoras, no me quería levantar a ver nada, pues en un amago de levantamiento que había hecho 5 minutos atrás, me llegó un reto. "¡¿Que se cree que esta haciendo?! Le dije ¡A - COS -TA - DO!" Bueno, las escuchaba conversar y pelar a las mujeres que están haciendo la práctica (tres de las que estaban antes y que se fueron con la niñita). Las pelaban fuerte y parejo: "Que ellas no llevan tantos años allá; que no se ponen con ni uno pal desayuno ($$$); que no tienen derecho a dar opinión" y un pelambrero, envidioso y gran etc. El cual tuve que escuchar. Pasado un rato entra alguien apurado. Creí que esa voz no la escucharía otra vez. Era el mismo otorrino (¡El manitas de monja!), se para junto a mí y dice "ya casi estoy listo para que pongamos el yeso", se aleja de mi lado con la misma prisa. Escucho ahora dos voces que no tenían porque hablar de lo mismo... no debían (nunca imaginé lo harían). El doctor le da ahora unas instrucciones a la señora que pensé que era del aseo. Ella atiende y responde al mismo ritmo apurado que el ¡Ella era su ayudante! Mi corazón pasó en un segundo, de estar sereno a acelerado "¿Que podría salir mal?... puta, de nuevo se detuvo el tiempo, se oscureció y se llenó esta weá de humo... ¿Que podría salir mal?" Me repetía tratando de tranquilizarme ¡Es yeso encima de la nariz nada más! No… la combinación que se ha hecho no puede ser, la dupla que ahora me atenderá no puede ser tan mala... ¡No tenía que ser mala!... "¿Que podría salir mal?" Ya, la música y el humo surtieron efecto, me asustaron y es oficial. Dándome yo mismo la extremaunción y encomendando mi alma al todo poderoso, estaba apunto de ver frente a frente la cara del terror. El doctor deja la sala en su mismo modo: apurado. La ayudante despacha a las otras señoras y nos quedamos solos. "Ya viene el doctor" me dijo, mientras preparaba una charola con cosas que de seguro dolerían... ¡No! no tienen porque doler... era yeso nomás... se acera a mi lado con las manos heladas y húmedas (se echó una lavada parece) y comenzó a prepararme... si, era yeso nomás. Me echaba lo que era un líquido de limpieza en mi cara al parecer. La wea tenía alcohol parece pues olía raro. Me dijo "cierra los ojos", los cerré temeroso, pensando que nunca más los abriría... después siento la piel que me tira… y mucho. Escucho que dice "ahora ya los puede abrir". Ya me había dado cuenta que podía abrirlos pues los párpados los tenía a la altura de la frente… jajaja weno, no tanto, pero me tiraba harto la piel. Estaba desde hace poco involuntariamente mirando fijo el techo. La weá de líquido hizo que mi piel se secara a modo tal, que sentía mi máscara de piel dos o tres tallas más pequeña. Entro el weón que en otra vida fue verdugo y cerró por dentro. Entró apurado, parece que era la hora de irse o de almuerzo pues miraba lo hora a cada rato en su dorado reloj... yo me sentía preparado, "es solamente yeso" -me decía-, pero no me imaginaba lo que vendría...

Todo lo que viene, es desde el punto de vista de un pobre y desgraciado saco weas, adolorido, incómodamente acostado, que difícilmente pestañea, asustado, en una fría camilla, en una fría sala, en un día normal... pero frío. Era ya medio día, de soleado pasó a oscuro, vi por la ventana como nubes negras se tomaban el hospital. Desde la reja del recinto para afuera brillaba el sol, se abrían las flores en botón, los niños jugaban y cantaban en rondas, veo un arco iris a lo lejos... ¿El sol sonriendo? ¡No! Tengo que volver a la realidad, todavía no empiezan y tengo que saber que me hacen los desgraciados. Cierro los ojos y los vuelvo a abrir. Que raro, se borró la cara del sol nomás... ahora llueve dentro del recinto. Se ven relampagueos y resuenan truenos... Cierro los ojos ¡No, realidad... quiero realidad! Abro los ojos... ahora hay perros que mudamente ladran y unos cuervos picoteando la ventana... mejor no miro más hacia allá... mejor me escapo de acá, pero es tarde para hacerlo físicamente. Llego ante las puertas de mi “lugar feliz”, la wea tenía un letrero en la puerta que decía “En mantenimiento, disculpe las molestias” ¡Maricones! No había más remedio, tenía que estar acá...

... se acerca a mi el sonido de una charolita con weás... no me importan si duelen ya... bueno si. Veo a mi "doctor mortis" con senda vacunota. Una aguja delgada pero como de 13 centímetros. Amablemente me dice justo en el momento en que me la esta introduciendo en el hoyito derecho de mi lastimada naricita "esto te va a doler, te hará salir lágrimas, sentir gotas y mal sabor en la garganta". Pensaba que tenía que agradecerle me hablara y previniera de todo lo que estaría por sentir, lo malo es que esa advertencia me la decía ¡¡Justo en el momento que sentía como sucedía!! Vaya si que me dolió, me dijo que eso era anestesia. Me la aguanté porque se supone que después de eso no sentiría nada. Después se rajó con una segunda carga pero esta vez en el otro hoyito de la nariz. Fue más de lo mismo ¡¡¡Estaba ya con dolor de cabeza por el dolor de la zona de mi nariz!!! Como si esto fuera poco, saca otro par de agujas y me hace lo mismo pero por fuera. Agradezco que la camilla tuviera unas barandillas, y si bien estas estaban en posición baja, me sirvieron para afirmarme y con ello, evitar repartir los golpes que involuntariamente, un cuerpo que sufre, daría para defenderse. Su ayudante me secaba la sangre que sentía salía de esos dos "últimos" pinchazos... dije "últimos" porque al señorito ¡Se le ocurrió darme dos tandas mas por dentro de mi nariz! y diciendo algo como "creo que mejor le pongo dos mas" (¡¿Creo?!). Con muchas lágrimas corriendo, con la garganta amarga, un mal sabor, con dolor o más bien mal estar y/o incomodidad por la situación estaba a punto de comenzar una extraña y épica batalla. Este señor, creyendo que no sentía nada, se puso a jugar nuevamente tratando de acomodar la nariz de manera manual. Me acordé de mi aliento a cebolla, antes de ese momento me había puesto a respirar solamente cuando el doctor se daba vuelta a tomar algo o lavarse las manos. Sentía vergüenza, pero cuando empezó con esas macabras y distorsionadas maniobras, comencé mi arremetida. El doctor usaba esas cosas como tapas de tarro con un hoyito al medio para mirarme, yo apuntaba mi aliento a ese hoyo como si fuera mi objetivo o mi tiro al blanco jajaja, emanaba en esa dirección mis respiros. El maricón tiraba más fuerte. Al parecer lograba algo porque se detenía a ratos su método casero de arreglar las cosas. Debido a que se hacía a un lado cada cierto tiempo (así su ayudante me limpiaba la cara de la sangre y las lágrimas), no podía atacar tan seguido como hubiera deseado jajaja Cuando llegaba, comenzábamos otra vez. Agradezco nuevamente las barandillas, de verdad agradezco que estuvieran firmemente fijadas a la camilla. De verdad que si por algún motivo, alguna de ellas se hubiera soltado, repartiera golpes cual demente antes del encierro, cual rata arrinconada, cual puta vieja por clientes, cual weón con nariz rota...

El doctor me miraba nomás a través de su tapita de tarro. No sabía que tan fuerte estaba mi aliento pues mi sentido del olfato estaba hace rato junto al altísimo. No miraba más a la ventana, no quería mirar nada más. Algo confabulaba, ni si quiera mi “lugar feliz” me dejó entrar a sus aposentos para refugiarme del horror. Miro mi alrededor, la señora ayudanta me miraba a los ojos de vez en vez. No paraba de hablar weás que de verdad no recuerdo... bueno, eran puras weás que cada 2 o 3 minutos largaba para molestar nomás. El doctor sin pescarla, seguía concentrado en lo suyo y mirando de reojo su dorado y brillante reloj. Ambos se habían puesto unas mascarillas. ¿Habrá sido para evitar que viera sus maléficas risas? La anestesia surtía efecto parece, pero siento que ha sido solamente para detener la herida y la hinchazón. Todo lo demás lo sentía. Agradezco nuevamente al señor que inventó las barandillas. Dios lo tenga en su gloria. De verdad que esos artilugios de hierro, fueron mi tabla en el naufragio, no las solté y hubiera rogado tenerlas para las dos cosas que se vinieron cuando el doctor dejó su labor casera… aunque hubiera preferido estar amarrado de pies y manos. No es por nada especial, pero me hubiera podido retorcer a gusto, de toda la molestia y el dolor que lo que a continuación relataré me hicieron vivir el par de desgraciados sádicos. No diré la frase mágica porque si escucho la música, esta weá se oscurece y se llena de humo, me cago de verdad. Si, también he de ser justo y agradecer al doc. Me enseñó que siempre todo puede ser peor, bueno, la frase ya la conocía, toda persona positiva con experiencia la conoce. Pero validó la frase con fanfarria el desgraciado… aunque nunca pensé visitar el infierno (o sea no tan luego), el maricón del señorito, junto a su endemoniada pareja, me provocarían ver el purgatorio:

1.- Aburrido de no lograr lo que quería, introdujo una especie de trozo de fierro en mi nariz y comenzó a hacer palanca, me dijo "tengo que seguir hasta que se escuche un 'click'", pues estuvo en eso, haciendo que de mi “anestesiado” rostro saliera ese maldito click. De cagao no se subió arriba mío y me puso un pie en la cara. Nuevamente la sangre, el sudor, las lágrimas y mi dolor le provocaron más ganas al doctor (Esa frase sonó a sinopsis de película porno HardCore jajaja). Me hizo palanca con todas sus ganas, me agarraba con una de sus manitas la cabeza. Desesperados (ambos dos, cada uno viendo lo suyo), le pidió ayuda a su engendro de maldad quien fuertemente –y con ayuda de mí cuello- evitaba que la fuerza que hacía el doctor me dejara la cara vuelta para el lado del culo. Sudaba como finalista. Debido a la tardanza del Click, comencé nuevamente a temer. Me arrepentía de mis pecados mientras recorría pasajes de mi vida. Vuelvo a lo real. Estaba rojo ya el doc, me miraba con cara de "¡Hace click maldita nariz, te lo ordeno a nombre de mi señor Satanás, hace cliiiiiiick!" hasta que con intervención divina, mi cuerpo, en ánimos de seguir vivo soltó lo que pareció un click. No sabía ni me importaba si había sido la nariz, mi cuello, el cráneo, mis sesos o la misma weá de palanca de fierro. Seguía conciente y salió ese bendito "click" que evito lo que en segundos más se veía venir: que se rajara o desprendiera algo de mi.

2.- Una vez escuchamos el click. Me soltaron la cabeza, me limpiaron nuevamente la cara con alguna wea y escuché venir otra charola con instrumentos. Ya ni me pregunté nada, solamente miraba lo que hacían. Era un espectador de su grotesco show. El doctor dijo “esto no dolerá mucho, se sentirá más molesto”… de algún modo lo excité, no creí que me querría hacer sexo después de todo jajajaja le faltó decirme que dijera 33 y que relajara los músculos al maricón jajaja De cierto modo me hizo sexo el maricón, violó mi naricita... ¡Y en mi presencia! El desgraciado majadero comenzó a taponearme con algodón mis orificios nasales. Estos algodoncillos tenían una forma ya destinada para la acción, eran alargados y con la ayuda de unas delgadas pinzas, las iba colocando y taponeando al fondo de mis desgraciadas fositas nasales. Me estaba ahogando, ya no podía siquiera aguantar… tenía razón, no era tan doloroso ¡Pero molestaban como diablos los tapones hijos de puta! El doc, quien me enceguecía de vez en vez con el brillo de su dorado reloj, taponeaba con fuerza y con todo el poder de la maldad. Debido a que no estaba amarrado, delaté mi molestia/dolor cuando mis piernas comenzaron a retorcerse tratando de encontrar algo que las contuviese. Eso nuevamente animó su labor… habrá de estar atrasado para algo pero seguía imperturbable en lo que es su vocación: ayudar al prójimo... pero con dolor. Demás que este fue ayudante de Torquemada en la inquisición y se ganó la vida buscando e interrogando brujas. Tenía que respirar por la boca ahora y vi en la mirada del doc un "¡¿Me estas hablando a mi?, dije ¿Si me estas hablando a mi?!" mientras usaba toda su fuerza para introducir esos maléficos trozos de algodón. Lo único que podía y me quedaba por hacer era defenderme... combatir...

Continuo. Debido al dolor y la -ahora- molestia de la labor de taponeo, había olvidado mis “suspiros de la muerte”, con cada trozo de algodón que el insertaba, era un soplido que al rato noté que hacía efecto jajaja incluso le tocó un poco a su ayudante de la maldad ¡La señora que no se callaba nunca! Pero se me olvidaba seguir… ganaban la batalla con su tratamiento, así que respiraba solamente por existir. Con mucho gusto hubiera dado alaridos de dolor, me hubiera retorcido en la camilla, o incluso me hubiera defendido, pero ya no… ya casi me reía…. y el dolor y la incomodidad se iban. Es raro eso, o quizá no tanto, la anestesia ahora me daba lo que necesité desde un comienzo. Si, tiene que ser eso. Estaba muy incomodo, con las nariz taponeada fuertemente, como si te metieras el dedo completo por la nariz (uno en cada fosa), llegaras al tope donde esta la curva y te quedaras así… respirando con la boca, con lágrimas que no dejaban de correr, con saliva que salía de mi boca, con los últimos espasmos que de a poco podía detener o controlar estando todavía afirmado fuertemente a la camilla... y bueno, aunque no continué con lo del aliento, me di el gusto de tener ¡¡¡El sabor dulce de la venganza en mi!!!! Jajajaja creo que el doctor salió con un ojo rojo jajaja ya no me importaba el haber comido empanada al desayuno, es mas, me sentía mal por no haber comido algo mejor o que lo complementara, huevos duros, picle, cebollas, ajo, ají o vinagre pasado jajajaja ya no estaba en mi, debe haber sido por la anestesia... si, eso pasaba, mi cuerpo asimiló lo que quedaba del dolor y comenzaba a relajarme. Sentía que la cara no estaba normal (bueno, hacía juego con la mente), es decir, sentía que los tapones estaban todavía ahí, pero no dolían ya. Definitivamente era la anestesia…

Era la hora del yeso parece, ya a esa altura de la aventura estaba más bien aweonado (más de lo normal jajaja), la enfermera me dice "cierre los ojos", me acordé de nuevo del tufo y estuve disparando a mansalva, pues no veía los ojos de mis enemigos. Olvidé mi ataque al rato otra vez... ella con su dulce voz me dice "Le voy a echar un pegamento, así que no los abra hasta que le diga ¿Entiende?", a pesar de mi estado pude esbozar un quejoso "Si". La cosa que me echaba me ardía pues me escurrió hasta los ojos, ella me dijo "No abra los ojos, ahora pondré el yeso". Ya no aguantaba la weá, si no tenía que haber dolor ni molestias ¿Que wea me pasaba? Además de respirar por la boca me ardían los ojos demasiado. Con los ojos cerrados sabía cual de los personajes me hacía que. Las manos de la señora eran ásperas pero no eran tan frías como las del doc, quien ahora me presionaba el yeso. Lo amoldaba fuertemente a mi nariz. Me acordaba de nuevo de mi aliento, ya casi no tenía fuerzas de echar más bocanadas de venganza. No me dolía pero la sensación de nariz fuertemente aprisionada con algodón era demasiado molesta, no sabía si era dolor, pero era muy incómodo. Ahora le sumo la wea de pegamento que me echó a los ojos... bueno, al fin la mujer me dijo "abra los ojos", los abrí y el líquido no tuvo piedad con mi ojo derecho. Sentí como la niña de ese ojo gritó. Mi cuerpo comenzaba a desarticularse por completo, es algo que no puedo describir y se entienda bien (bueno, como casi toda esta weá). Salivaba y espumaba, transpiraba y lloraba. El resto de mi cuerpo estaba aletargado, cansado de luchar conmigo mismo, evitando se defendiera. Ahora el doctor me seca mi dolor hecho fluido corporal. Lo hacía con cuidado, creo ver algo de compasión en su mirada... ¿Querría cobrarme el sexo ahora? Jajajja puta la wea. Ella interrumpió la romántica escena preguntándome "¿Le duele?"... ¿Si me dolía? ¿Que acaso mi cara no le decía nada? ¡¿La sangre en mis ojos?! (Que agradezca la desgraciada que tuviera el yeso fresco todavía, sino hubiera inventado palabras nuevas para demostrarle como me sentía a la muy... tontita). Me limpió ahora con un nuevo líquido que me quitó el dolor de a poco. Ahora puedo ver mejor, ese último líquido ayudo a que me compusiera. El yeso ya casi estaba seco y vi como el doctor llenaba un par de hojas. La señora del mal, me pegaba unas cintas cruzando el yeso "listo -dijo- ahora no se te va a caer, párese por favor don Samuel". Nuevamente un triste espectáculo para mi audiencia de dos... me incorporé como pude y trataba de mantener el equilibrio de mi cuerpo. Creo que uno de mis ojos se cerraba a medias, el otro estaba mirando pal lado del pico jajajaja chucha la wea. De a poco coordiné que los ojos mirasen al mismo lugar y estuvieran sincronizados en su parpadear. Trato de hacer algún esfuerzo pero no puedo, casi camino arrastrando los pies. De cierto modo violado, agotado y habiendo visto dimensiones inexploradas, olvidaba mi deseo concedido y me preguntaba ¿Porque a mi?... pasarían segundos para volver de mi ego-ísmo. El doc me hizo despertar depositando un papelito entre mis dos manos y diciéndome "se toma estas pastillas hasta el próximo control, pida la hora afuera". Obediente, salí con el papelito afirmado con las dos manos, no me acordaba que tenía dedos, sentía lo afirmaba con dos muñones. Pedí la hora al fin. Fue para el próximo Jueves, sería una semana así. ¡Otra vez olvidé algo para el dolor! Si bien es cierto ahora no tenía el dolor latente, pues soy solamente el resultado de haberlo sentido, necesitaba algo para cuando comenzara a volver, pues lo haría. Mi mamá miró la receta y notó que las wea que me recetaron eran solamente antibióticos, se devolvió a donde el doc y le preguntó que hago para la vuelta de los dolores. Tranquilo, le dijo que me tomara unos paracetamol y nada más. De ahí salí con mi cara adolorida en dirección a casa, todo gracias al trabajo de "sanación" que me fue ejecutado... ¡Por el Dr. Frankenstein e Igor! Bueno, no fue tan malo el trabajo, la nariz no quedó tan peor... a la salida, sentía la luz del sol me quemaba, inconcientemente me enroscaba en mi mismo y me cubría la cara. La gente miraba al fenómeno que camina por entre ellos... los normales, jajajaj estaba cagado de la risa ya, de dolor también, pero ahora más de la risa. Si, era un fenómeno, eso es ¡Mírenme, mírenme desgraciados! Mañana tendrán que pagar por ver... son todos iguales weonaje de mierda jajajaja mírenme... pero no tanto ¡Soy un ser humano! Soy de su raza, bueno, en gran parte... pero no teman más... ¡Acá estoy!... ¡Si, soy yo! jajaja ahora comprendo que la carga extra de anestesia surtía su efecto en mis lóbulos cerebrales. Como estaba muy cagado, nos fuimos en taxi. Camino a casa me daría mi mamá un sorpresa que me agradó y no esperaba (obvio que no se la esperaba... si era una sorpresa po weón), le pregunté a mi mamá si andaba con un chicle o algo para el sabor y el aliento. Le di un tufito suave a ella, para no quemarle las pestañas jajajaja me dijo que tenía una fuerte olor... a remedio... la wea de remedio (anestesia (y sus dosis de anti inflamatorio creo)) que me habían clavado en la nariz que me dijo el doc. Puta la wea, mi acción de defensa fue solamente soplar chasquillas y recordarles el olor que ya estando ahí conmigo, habría de tener toda la sala de torturas... digo, la sala ocho. Llegamos a casa. De ahí derecho a saludar a mi hija que me abrazó e intentaba tocarme la nariz... “No mi amor, no me toque que me duele”... no me dolía -no todavía- pero así haría caso mi pequeña cría.

Durante una semana, salivé como loco. Ya para la mitad de ese tiempo me hice la costumbre de tener que respirar por la boca. Además tuve que aprender a comer y respirar por el mismo ducto a la vez. Fue un muy duro entrenamiento esa wea, soportar el dolor físico y la desesperación mental que eso provocaba. La sensación de molestia y aprisionamiento en mi nariz cada día se acentuaba más. Estuve cada vez más cansado con el pasar de los días. Cansa respirar por la boca, muchas veces me atoraba porque olvidaba que si comía o tragaba alguna comida, necesitaba hacerlo de cargas pequeñas y no las acostumbradas por su servidor. A mitad de semana no quería más guerra. Me sentí de verdad mal... pero bien... si, saben porque jajaja Durante las noches se me secaba la boca (donde dormía con la boca abierta). Despertaba para tomar algo y mojarme los labios al menos, se me hacían tira las weas de labios, como las serpientes, cambiaba casi día por medio la piel de mis labios. Me salieron empoas más encima dentro de la boca. Con mi dieta de jugos, caldos y cosas molidas no me fue tan mal... comía las mismas weás que mi hija jajajaja fue dura esa segunda mitad de semana, ya no aguantaba la boca seca, la cual estaba así en todo horario. La herida comenzaba a sanar creo, me picaba mucho la wea... bueno, o sanaba o se estaba pudriendo jajaja ¿Cuando me sacaran la wea quedaría como quiltrito Pequines? No me preocupaba eso, lo que en realidad ocurría, era que ¡Me desespera tener la sensación de picazón y no poder rascarme! ¡Intentaba desesperadamente rascarme sobre la weá de yeso po! ¡Más encima, me picaba la nariz por dentro y las weas las tenía taponeadas! Eso creo que fue lo más duro de todo, esa desesperación de picazón y “no tener manos”... pasaban horas con la sensación en la cara. A punto de explotar y quitarme todo... si, se sumaba a todo lo demás, pero la picazón fue mi prueba final. En serio eran horas de concentración, de hacer dolorosas muecas para ver si así se rascaba. Lo malo es que el tapón nasal no me dejaba mucho movimiento posible. Si, ahora estoy seguro, esa semana fue dolorosa y molestosamente de mierda... ¡Como poder querer y no poder llegar a ninguno de esos lugares! ¡¡¡Vaya si que es defraudante!!! Además de las muecas, inventaba medios, pero el intentar usar alfileres o alambritos, terminaron siendo muy dolorosos como para seguir intentando rascarme con ellos. Manejé la concentración mucho en ese período. Cierto, me picaba mucho, tenía ganas de llorar de puro desespero, pero logré nuevamente reabrir mi “lugar feliz”.

Las pastillas prefería tomarlas de noche, lo aprendí al segundo día donde no podía dormir de dolor y molestias. De este modo, dormía de noche y sufría con las weás de día. Se venía también el aseo personal ¿Como te bañas sin tocarte la cara? Los gorros de baño los usas en el pelo, pero ¿Y el resto? con una bolsa plástica en toda la cabeza no se podía... lo intenté. El vestirme también fue otro pequeño lío.... pero, a pesar de todo esto, me consuelo con lo que había dicho en el primer correo y parte de este, que todo esto lo este pasando ¡Yo y nadie mas... de verdad! Un amigo me preguntaría más adelante si había quedado con alguna secuela jajaja le respondí que “Ninguna, pero cuando estornudo me soplo un coco” jajajajaja Pasaría una semana y yo rogando el día antes para que me encontraran bien la nariz, primero revisión física y luego radiografías. De lo contrario habría de pasar por todo nuevamente... no, no me encontraron mal. Aunque mi fijación -dijo el doc- se finalizaría por completo en unas semanas más, iba bien encaminada mi recuperación. Creo que ya tenía un adelanto pues si al momento de “la búsqueda del Click” le costó al carnicero... digo al doctorcito amigo, algo de buena fijación natural tendría que tener. De todos modos estaba con ánimos en caso de que pasara todo otra vez (en el caso de que no encontraran bien la nariz). He de agregar que me hacía gracia el mirarme al espejo, cada una hora tenía una cara diferente. Debido al intento de comer se me hinchaba, debido a hablar, se me dormían los labios, debido al pasar del tiempo, parecía un puto Mapache, los ojos comenzaron a ponerse morados como al cuarto o quinto día. Habían días incluso que me quedaba chico el yeso, eso era dolor y alivio, pues bastaba con que lo moviera un poquito y me podía rascar... bueno, ese alivio lo tuve justo el día antes de que me lo quitaran... pero bueno. No quiero ser repetitivo, bueno, quizás si lo soy, pero por última vez insisto en que el ser yo el que pasó por esto me hizo soportarlo con mejor ánimo... bueno, el todo poderoso se apiadó de esta alma y dejó que esta cosa se salvara en la revisión jajaja La cicatriz no se nota mucho, al menos eso es lo que me han dicho casi todos... ¡Que mala vista tienen! Bueno, mi siete invertido en la cara, ahora es solamente un dibujo rosadito...


¡Emergencia! - Dia 01

Esta es la historia no ficticia y mucho menos exagerada de un tipo llamado Samuel. Esto ocurrió a comienzos de Abril del 2006 me parece. Como no tengo mucho tiempo, he de describir esto como la primera parte del mensaje. Esto que lo escribí la misma tarde luego de lo relatado acá.

NOTA: a pesar de unos pequeños ajustes, la historia relatada se puede llamar un 99% real.

Hoy comencé a trabajar en la casa, mucho esfuerzo puse en eso, había que picar la tierra y preparar el terreno para hacer un radier (piso de cemento); la cosa es que como estoy solo en la casa (mi padre y mi hermano trabajan fuera de la capital), ideé un "ingenioso" sistema de poleas para acarrear las pesadas cargas del material destinado a la obra (arena, cemento y piedras), este sistema -experimental- funcionó sin problemas hasta que en un momento de, llamémosle "mala suerte", ocurrió la siguiente secuencia de sucesos: al pasar con la segunda carga por la polea, esta pasó a llevar un estante y tiró lo que había encima. De todas estas cosas nada me dio, pero una de estos elementos, le dio al balde transportador un certero golpe, lo que hizo que este se saliera del gancho del cual colgaba. Bueno, se cayó el balde en el cual estaba cargando el material, esto produjo que la soga que la sostenía, volviera a su posición inicial o de reposo (horizontal, antes estaba encorvada hacia abajo con el peso), y el gancho con la rueda que avanzaba por la cuerda y sostenía la carga, me dio ¡¡¡Mero merito en la nariz!!! Me tiró al suelo y corría la sangre como... como... ¡Como si me hubiera pegado con un gancho en la cara! jajaja de verdad, me salía harta sangre, y aunque dejé una buena mancha de sangre regada en el piso, la hemorragia se detuvo pronto. Casi sin notarlo, de mi estado de dolor pasé al adormecimiento (se me había dormido desde el labio superior hacia arriba), y mis movimientos y sensaciones eran mas lentas de lo que ya son normalmente (creo que quedé medio KO! (knock Out) creo que esa era la sensación, nunca lo había estado antes).

Pues bien, yo estaba ahí tiradote en el suelo, en posición fetal, pensando; la verdad no me acuerdo en que (lo más seguro: era alguna idiotez sin sentido). De pronto me siento observado y me veo en un charco de sangre, con la mano en la cara. Para no asustar a ninguno de los testigos, dije que lo había hecho para no manchar de tanta sangre el lugar (el tirarme al suelo y quedarme ahí), mi hermana (que estaba embarazada) me pasó una toalla para ponerme en la nariz y un vaso con agua. No hago mas que mojarme la cara que la tenía toda roja, y ella me dice -abriendo los ojos a la par que el agua caía- que me rompí la cara, me tocaba, pero no sentía mi rostro (lo fuerte del golpe me había adormecido la zona); me incorporé y me fui al baño...

¿Que fue lo que vi?, yo creo que Robin (el muchacho ayudante del Hombre Murciélago), hubiera dicho al verme así: "Santas marcas imborrables del trabajo Batman!!!" ¡¡¡Me hice un 7 en la cara!!! En mi nariz mas bien dicho (que no es nada del otro mundo, pero que ahora si tendría algo que decir... ¡No pasaría inadvertida! Peor aún, vi y sentía como se me iba hinchando el rostro, la misma nariz, los pómulos y el labio superior, que desgracia, pero que alegría, me explico: desgracia porque no me gustó para nada ver que con la hinchazón, el siete que tenía en la nariz, se abría cada vez más dejando ver lo profundo de la herida (además de emanar sangre con cada respiro), pero por otro lado sentía alegría, porque hubiera preferido pasar por todo esto (y lo que se venía) mil veces y más, si mi hermano pequeño (que en el momento del accidente me ayudaba a empujar las poleas) hubiera sido el lastimado de la situación.... además! volviendo si en la misma situación, el golpe hubiera sido unos centímetros mas abajo, me vuela los dientes (con "suerte" hubieran sido los dientes nada más), y ahí si que hubiera quedado TOP. O sea, tomando sopas y jugos, sin mencionar que hubiera quedado con una sonrisa tipo tablero de ajedrez... ¡Gracias todopoderoso!

Que pasó después? bueno, como dije me sentía mareado y débil, pero con la suficiente fuerza para ir al centro médico mas cercano; así que me lavé el rostro, mi hermana me pasó una gasa con algodón remojada en povidona u otra de esas cosas que desinfectan, manchan y duelen (aunque yo todavía no sentía nada ), y me encaminé a la consulta médica solito (en la casa quedaron: mi hermana preñada, mi hermano chico y mi hijita (a la cual no dejé que me viera (sangrando y débil (parece que son muchos paréntesis dentro de paréntesis (¿O no?))))).

En la consulta me atendieron de inmediato, me tomaron la presión y me limpiaron la herida, me dejaron ahí sentado, esperando que el doctor de turno me atendiera. No sabía como lucía para ese entonces, pero algo me indicaba que la hinchazón continuaba y surtía efectos llamativos jajaja, lo digo pues se paseaban las enfermeras de allá para acá para echarle un vistazo al "paciente" jajaja no sé como luciría en realidad, además que todavía estaba medio mareado. Bueno, el paciente que ya empezaba a sentir dolor, comenzó a darse cuenta de lo que pasaba, sentía hinchada la cara, no podía hablar bien (aunque normalmente no lo hago bien, así que hablaba peor que normal), me dolía hasta el paladar! luego, la señora de la urgencia me limpia por tercera vez, me hablaba algo de sus turnos, que veía "cada cosa" (gracias por el cumplido!), y una lista de etc. yo ya no podía ponerle atención (ni hacer risitas hipócritas. No suelo serlo, pero el dolor me hacía no ser yo), esa tercera limpieza me dolió tanto! parecía que me quería sacar lo que sobraba de nariz, buscar adentro de la herida para ver de que color era mi calavera o algo parecido. A pesar de todo esto, me preguntaba a mi mismo: "y te quejas wn?! saca lo bueno de esto, que hubieras sentido de saber que tu hermano estuviera en tu lugar ahora?!", y realmente funcionó! se me pasaba la rabia y soportaba el dolor tranquilo como si nada... pero igual dolía la wea! jajaja si hasta la señora y las enfermeras me miraban extrañadas porque me salían unas risas jajaja cuando veía sus rostros me imaginaba que se preguntaban cosas como: "estará loco el desgraciado?", "tiene que haber sido fuerte el golpe que se dio este wn!", "ya cagó, otro que no soportó el dolor y se le aflojó el cerebro", etc. sus caras reflejaban estas frases y más.

Luego me revisó el doctor, una mirada por aquí, otra por allá, me dio unas pastillas, y me derivó a otro centro de urgencias para que me radiografiaran. Me fui a la casa, comí algo (mascaba y molía con las muelas pues me dolía esforzar o usar mucho la zona de adelante), tenía dolor, pero también hambre, así que me aguante y le eché algo a las tripas. Luego de un rato me fui a otro centro médico, ahí me tomaron la presión, me acostaron y me dijeron espere ahí. Al cabo de unos minutos llegó una enfermera y me dijo "dese la vuelta y bájese los pantalones", yo le dije, "oiga mujer! si le fierrazo me lo di en la cara...", me dio una sonrisa maliciosa y se fue. Yo me di la vuelta a regañadientes pensando que ella se fue porque tenía que atender a otro paciente o algo así (era una sala grande con varias camillas separadas por biombos). Esperaba boca abajo (pensando más idioteces, tal como: "voy a escribir esto... si "), y me di cuenta que llega la misma señorita acompañada de otra más que traía una charola. Pensé que me iban a retar o algo así (por lo de la frase que le respondí), y sin decir "agua va" una me tomó los pantalones y me los jaló hacia abajo (Pensé: "¡Hey! ¿Esto es un chiste? ¿O será que después del golpe quede inconciente y esto no es real?"). Bueno, ella no pudo sacar a la luz mis nalguitas en ese intento pues las tenía todavía protegidas gracias a que no había desabrochado mis pantalones. Pensaba todavía que estaban las dos ahí porque con mi comentario me había convertido en uno de esos tipos de esos que no hacen caso (y hay que hacerles los tratamientos amarrados o a la fuerza... ¿O será quizá un intento de mi mente de sacarme de la realidad?... ¿O sigo tirado en casa, inconsciente?), mientras imaginaba intenciones, la que estaba mirando con la charola en la mano, le dijo a la que me intentaba bajar los pantalones "Oye, si el me toca a mi, que estas haciendo?", la otra le contestó "no, yo le tomé la presión y yo lo termino de atender"... mientras yo estaba boca abajo, arriba de la camilla, y todavía con las manos de la enfermera en mi cinturón! jajaja que situación, yo pensé que esas cosas se podían ver en la tele a color, en las novelas o comedias nada más!!! en fin, ganó la que tenía la charola (preparando senda agujota en la mano). La que me había tomado la presión fue llamada por el doctor en tono de reprimenda. No había alcanzado a soltarme el cinturón y ella me tiró los pantalones, y luego bajó mi ropa interior dejando al descubierto y sin protección ambas "mejillas". Luego de eso, procedió con lo suyo jajaja, no había alcanzado a preguntar que me iba a poner, cuando siento el pinchazo, eso no fue tanto, sino que sentí como el líquido comenzaba a fluir por la pierna y el resto del cuerpo, que dolor (incluso olvidé por un momento el dolor de la nariz y sus inmediaciones). Quedé adolorido de eso, me dolió mucho, ella me subió el "underwear" nomás y se fue dejando la cortina media abierta y mirándome extraño por reírme (nuevamente me di ánimos, recordando las otras posibilidades que incluía a otro que no fuera yo, que estuviera pasando esto). Me di cuenta que cuando se fue la que me pinchó uno de mis glúteos, la otra enfermera (la que había sido llamada) estaba asomada ahí, mirando adentro, la miré a los ojos con mi mejor cara de aguantarme el dolor, y la cerró, dejándome -al menos- subirme los pantalones en privacidad... aunque no me los subí del todo, preferí cubrí lo que alcanzará y relajarme para que el dolor (de mi cara y ahora de mi culo) no interfiriera con mi ánimo.

Al rato entra un tipo diciéndome "sígame por favor, vamos a la radiografía... ¡¿Y porque esta acostado así?!", adolorido todavía, le dije "discúlpeme señor, es que me acaban de clavar el trasero!" se rió y espero a que -dificultosamente- me abrochara los pantalones y me levantar. Le seguí por unos pasillos internos y llegamos a la misma sala de radiografías donde a mi hija donde hace casi 2 años la llevé a que le revisaran la caderita (control normal que le hacen a todos los bebes recién nacidos); esperé un rato y me hicieron pasar. Con cuidado puse mis -todavía doloridas- posaderas en una helada sillita de metal, me tomaron las "fotos" (2 de perfil y una en un ángulo extraño que me dejó con la cara mirando al cielo y los ojos hacia mi ombligo), mientas me hacían las fotos, me di cuenta que el pinchazo en el trasero comenzaba a funcionar. Alegremente me di cuenta que ya no sentía dolor e incluso podía hablar bien (o mejor dicho, normal), de hecho hasta ya no sentía la cara tan tirante por la hinchazón. Al cabo de unos minutos, escuché lo que no me esperaba, pensé que me iban a decir que era un golpe fuerte nomás, pero el caballero dijo: "¡Fractura doble! ¡¿Con que me dijiste que te pegaste?!"... bueno, seguía alentándome pensando que yo tenía que pasar por esto y nadie más. En fin, me dieron una hojita para atenderme con un otorrinolaringólogo (hubiera preferido con el supercalifragilistico, pero que le vamos a hacer! para la otra será Mary Poppins!), y eso será el día de mañana... a la salida del centro médico, vi las radiografías ¡Dios! -me dije- ¡¡¡Que clase de golpe se habrá dado el pobre desgraciado de las fotos!!! Jajaja (¡De verdad que dije eso acerca de las fotos!)... bueno, ahora me preparo para acostarme junto a mi hija y velar sus sueñitos, así que se acabó la lectura por hoy jajaja chao ¡Se despide el pelotas del fierrazo en el hueso del hocico! (Abril 2006)

Mándale esta historia por mail a mas de 150.000 amigos en menos de 20 segundos, y no te pasará nada, si no lo haces ¡¡¡Un fierro te caerá en la jeta y se te fracturará el dedo regalón jajaja mejor me voy!!!

Se despide,

Samuel.

PD1: Nada fue inventado, y nada le pasó a nivel neuronal a quien escribe; pasó hoy marjuves 3Ts del año 200000Vh6 a las 3:a0be palta chirimoyo del año del señor, de la carabina de Ambrosio, el aceite de joroba, los dientes de leche, los chicos de la esquina, el pelo en la espalda, el brillo de los ojos en la selva Amazónica, Jerry y Filemon, Patiño y Tom, Mortadelo y Gorgory, la espada de Baltasar y la señora que vende crayolas en la esquina de La Paz con Iturria del año del año del año del año del año del año del año del año del trampolín vikingo... ¡Salve cesar!

PD2: ¡¡¡En serio nada fue inventado!!! (¡99% real!) ¡¡¡Y la nariz de mierda pica!!!

PD3: el 1% que falta (o que omití) es un pequeño cambio en el guión que no puedo mencionar pues de eso depende mi integridad física y mental. Por favor no pregunten, es secreto y si lo digo, después tendré que viajar en el tiempo y evitar que vayan a nacer...

Delirios

Despierto de nuevo con mucho calor, son más de las 15 hrs. parece, quiero dormir. Me han puesto un paño mojado en la cabeza. Mi fiebre no baja de los 39. Creo que en algún punto superé los 40 grados de fiebre, desde ese momento me comenzaron a poner el paño mojado en la cabeza. Supongo que dentro de mí todo hervía. Espero no quedar con consecuencias de eso. Supongo que neuronas todavía me quedan algunas, y las que han muerto habrán sido las más cagadas. Es decir -y como la naturaleza dice- el más débil morirá dejando a la manada más fuerte. La naturaleza es sabia y es cierto eso de que "la manada" (mi escuadrón "super top navy seal" de neuronas) es tan fuerte como su eslabón más débil, ahora me puedo considerar con las neuronas más fuertes del grupo. Es decir, literalmente estoy con una mejor disposición mental, una envidiable y superior máquina de pensar... o en un plan de emergencia todas las weas se suicidaron y me quedó la que estaba cagando en el baño y no supo del plan del resto... estoy cagao. Como sea, al menos el hervor no afectó otras partes de mí. No había ni olor a huevo duro ni choricillo... Tengo mucho calor, mucho, mucho. Quisiera bañarme pero no me puedo ni el culo adolorido que tengo, siento eso al menos y todavía. El culo. Cada tanto en tanto me cambian el paño, supongo que lo he de secar muy rápido. Me duermo y siguen en esa labor. Recuerdo a mis hermanas y mi madre en eso. Supongo que estaría muy cagado para no sentir que me cambian el paño, es decir, agua fría en la cara despertará a casi cualquiera... que no esté cagado claro está. Cierro los ojos.

Me quieren golpear. Alguien me grita en la cara y levanta su brazo amenazante. Hay personas a nuestro alrededor, unos miran que pasa, otros quieren ver una pelea. Me intimida el maricón, pero ¿Porque hace eso? ¿Dije algo malo, hice algo malo, lo hace simplemente por gracia o es costumbre de donde el viene? Mis músculos se tensan, no me dejan hacer movimientos. No puedo siquiera hablar. En un mismo instante pasan muchas cosas a la misma vez. Iré relatándolas por separado y no mezcladas. Lo primero es que me puedo mover y le propino a este tipo un sopla mocos de la puta madre que lo parió, lo tiro al suelo y le doy puñetazos hasta que me canso. El weón sigue conciente pero sin poder moverse. Quienes nos rodeaban me miran asustados y culpándome de esta agresión "yo no empecé" les decía. Maldito bravucón, tu te lo buscaste. Vuelvo al mismo inicio, pero esta vez el weón me da un combo mero merito en el hocico. Me sentí mareado pero no caí. Me gritaba no se que wea pero no le entendía nada. Sentí vergüenza y ganas de pegarle, pero no me podía mover. Estaba muy tenso. Vuelvo al inicio. El weón me grita, me salpica saliva a la cara con sus gritos. Le doy un controlado golpe en la garganta. Lo deja débil. Lo doy vuelta y muestro su cara frente a todos. Les grito presumido que "quien se meta conmigo va a terminar como este wn", lo arrojo al suelo y me siento de espaldas a todos. Pasan personas de aquí para allá. Comienzo a temer algún tipo de represalia. Agredí (o me defendí) de un tipo que todos respetan (o temen) y/o conocen, yo soy un tipo nuevo (es posible que el escenario sea un trabajo o algún colegio, no lo sé en realidad). No me puedo concentrar, algo me pasará dentro de poco. Vuelvo al inicio. El tipo me grita, me quiere provocar. Le digo algunas cosas que no recuerdo, pero que no se trataba ni de disculpas ni menos algún tipo de insulto. Me río suavemente. Algunos de los que observaban también lo hacen. Me da un combo en el hocico el maricón. Creo que si nadie se hubiera reído, nadie hubiera desayunado nudillos... Mismo escenario. Palabras de tranquilidad de mi parte, ahora le digo al tipo si "¿Me quiere pegar por gusto o porque le hice algo?", el wn no responde. Todos a la espera y algunos azuzando al wn. Los miro con rabia por maricones. El wn me va a pegar, pero esta vez no cerré los ojos ni intenté cubrirme y... vuelvo al punto de inicio. De pronto todo se detiene y en ese mismo segundo todo a mí alrededor comienza a andar rápido. Como si en el control remoto presionaran "FWD". De a poco las cosas se aceleran más. Cada vez más rápido. No puedo ver casi lo que pasa a mí alrededor. Todo avanza y avanza. Me aprisiona un miedo terrible de moverme. No puedo mover las pestañas. Me impresiona mi alrededor. No me puedo mover, estoy paralizado. No se si será por el miedo a moverme o porque simplemente no pueda. Mis latidos comienzan a acelerarse, siento que mi corazón se quiere poner a la velocidad de este mundo que no se percata de que estoy paralizado. Todo avanza más rápido cada vez. Mi corazón no tiene ese ritmo pero se empeña en alcanzarlo. Comienzo a desesperarme ¿Será que el mundo no es el rápido sino que soy yo quien no se mueve quizás? es decir, todo va "normal" y yo me he quedado en pausa o en lento letargo eterno... no sé que pasa. Siguen aumentando la velocidad de mí alrededor. Mi cuerpo esta rígido y no consigo creer que me puedo mover. Ya no distingo personas ni nada. Solamente movimiento a mí alrededor. Creo que me hablan, pero no sé de que. Se acercan y se van. Pasan a mí alrededor. Me sortean o no saben que estoy ahí. No entiendo nada de esto, todo se ha convertido en mili segundos de cosas que no alcanzo a percibir. Cada vez todo toma más velocidad. Apenas se distinguen ya. Mi ubicación esta entre todas las cosas inanimadas del mundo. Todo el resto es movimientos. Todo más rápido se mueve. Cada vez más rápido. Mi corazón ya no puede más. Quiero gritar y no puedo. Algo me lo impide. No me quiero mover. Colisionaré con todo lo que se mueve a mí alrededor. Provocaré quizá que cadena de desastre si me muevo. Ya casi no veo nada. Solamente trazos a mi alrededor. Ya casi sin distinguir rasgos de nada como si se tratasen de luces veloces a través de la noche. Mi corazón quiere reventar. Mi pecho esta al borde del colapso ¡Miedo, miedo! quiero gritar y no puedo. Intento tranquilizarme pero no puedo. De pronto, como si de una brisa de viento se tratase, todo se va... pero no. No veo nada, pero lo que antes veía ahora es sonido. No puedo ver más, ahora es un zumbido que me rodea. La impresión de que algo pasará pronto me abruma. Me trae muy mal todo esto. El miedo a lo que pasará me aprieta más el pecho. Más y más. Si pudiera gritar ahora no podría. Estoy aterrado, en un punto de ruptura... o de retorno. Esto ya lo había visto antes. Es la revisitación de una pesadilla ¡Ya lo había visto antes! ¡Si! Tengo la oportunidad ahora de cambiar las cosas. Tengo que serenarme, el descontrol no ganará esta vez. Siempre me despierto con la sensación que ahora siento. Con el corazón a punto de salir por entre mis costillas. Esta vez no puedo, no quiero que pase lo de siempre. Siento que esta no realidad que siempre me controló la puedo controlar. Abro bien mis ojos, estoy en un lugar que no estoy. Algo raro pasa. A pesar de este acuerdo conmigo sigo con el maldito terror en mí. El zumbido continúa insosegable ¡Mi corazón! tengo que detenerle. Le hablo a mi corazón, le pido que se calme. Trato de respirar sin poder hacerlo. Todo desaparece. No me di cuenta de ello. Ya nada se mueve ni se oye. Hasta donde puedo mirar no se ve movimiento ni siento sonidos. Sigo en el mismo lugar sin estarlo ¿Será que todo va tan rápido que no lo oigo ni le veo ya? eso se supone que pasaría. Es lo que imagino pasa. Tengo miedo de moverme y a la vez no ¡Puedo controlarlo! Siento un latido de mi corazón. Lento esta vez, muy lento. Tampoco me percaté de cuando se detuvo. Mi cabeza comienza a desechar miedos. Ya no quiero gritar y no sé porque temía nada. Todo es claro y limpio. Sigo estando en un lugar que no estoy, pero esta vez, respiro sereno y existo. Me pongo de pie... todo blanco. Veo una mujer llorando. Una vez -recuerdo- que un tipo con aires de sabiduría le hizo una pregunta a otro tipo que decía haber visto a "la virgen" llorar. La pregunta era "¿Porque lloraba?". El tipo no preguntó eso y dijo que se asustó de su visión (que no me acuerdo si fue en sueño o "real") y toda la wea. Como sea, no preguntó ni hizo nada. Al ver a esta mujer y a pesar de que se me vino a la mente esta pregunta y la situación, hice lo que me nació. Ella lloraba desconsolada pero no a gritos, parecía que llevaba un tiempo así, pues no se veía exaltada como si su dolor la atormentara desde hace poco, se veía algo cansada. Estaba en el suelo, entre sentada y de rodillas (o algo así), además tapaba con sus manos su rostro. Vestía un vestido amplio, simple y que alguna vez fue blanco. Estaba descalza, era algo delgada, de piel clara, pelo largo y oscuro. Estaba sucia y con algunas pequeñas heridas en su piel. Eso no me daba rechazo. Todo lo demás, el entorno: blanco. Un escenario sin horizontes, todo blanco. Me conmovió verla así. Me arrodillé frente a ella, no podía ver su rostro. Ella detuvo su llanto unos segundos, quizá por sentir mi presencia o para tomarse un pequeño respiro. Cuando comenzaba nuevamente a llorar, me acerqué más y la abracé. De pronto comencé a sentir una enorme tristeza y sentí que quería dar un grito de dolor. Sufrí, no tengo muy claro el motivo, pero me sentí tristemente abatido. Como si hubiera perdido todo lo que vale la pena en esta vida. Como si hubieran destruido frente a mi todo lo que amo y -egoístamente- quiero. Impotente de saberme un vencido perdedor, derrotado otra vez. No fueron exactamente esos los motivos de mi tristeza, pero creo que podrían ser buenos ejemplos. Ella sacó rápidamente las manos de su rostro y me abrazó fuerte. Ya no me importaba saber como era ella (aunque si lo pienso, creo que nunca me importó). La abracé más fuerte y de pronto comencé a sentir lentamente que la tristeza se iba. Ella pasó rápido de verter lágrimas a sollozos, y luego al silencio. Tenía su cabeza en mi pecho, y sentí que mi alegría era saber que ella ya no sufría. Le besé la cabeza ¡Creo escuchar una pequeña sonrisa! siento que me mira a la cara, abro los ojos... no hay nadie, tengo el pecho abierto, veo latir los restos de lo que alguna vez fue un corazón. Me impresionó el cambio, no tanto si, me sentí algo decepcionado pero a la vez alegre. Si la volviera a ver, quizás repetiría todo otra vez. Mi pecho sigue abierto, miro hacia arriba, cierro los ojos y me río. Jajajaja ¡Agradezco! los abro de nuevo y estoy ahí mismo, solo y desnudo. Con una cicatriz, pequeña, pero que esta justo donde antes había un forado capaz de permitir una mano entrar. No me dejaron morir, no esta vez ¿Será una prueba? ¡Abro los ojos y estoy abrazado de nuevo a la mujer! luego del final de la misma pequeña risa interrumpida anteriormente, una dulce voz me dice "gracias". Abro los ojos y miro al cielo.

Tantas cosas no pido, quizá aprenda con tiempo,

me harían feliz tonterías, cerraré con un beso heridas,

como un susurro al oído, con fe templar sentimientos,

aprender a dar alegrías. o brindar por amor la vida.

No van a lograr provocarme, ni el pecado más grande aplicado me podrá dañar.

Decepciones, problemas y penas, obstáculos momentáneos serán en realidad.

Soy capaz de dar mi corazón pero soy más, alma, palabra y puños serán mi verdad.

No piensen dejaré me pisoteen, el dar la otra mejilla no significa ceder sino luchar.

Me cambian el paño de la frente. Siento latidos en mis ojos, siento que me queman. Intento beber algo pero no puedo tragar ni saliva. Con mucho esfuerzo me pongo de pie y voy al baño. Miro al weón en un espejo. La cara grasienta de quien transpira como traidor. Orino... no, mejor echo la meá. Siento un fuerte olor a antibiótico. Me quema la wea de meao. Parece que de mi emana ácido. Me miro la piletita a ver si no me la estoy haciendo cagar. Si tuvieras ojos me mirarías indignado, lo siento pero a veces se gana y otras no. Tira todo nomás por el drenaje. Eso, eso. Bueno, vamos bien pues hasta ahora hemos resistido. A la cama otra vez. Termómetro en el sobaco. Voy en 38 y algo. Nada mal después de haberme aireado un poco en el trayecto al baño ¡Retorcijón! a ver si es solo una falsa alarma... me da miedo hacer la prueba de cagarme acá en la cama. Pero el estómago sigue enviando señales, más bien las tripas. Dejo escapar un ninja ¡Con-cha-de-su-ma-dre! Maldito oriental hediondo, con esta infame acción ¡Has perdido tu honor! mejor me voy al baño y dejo a ese asesino hacerse el hara-kiri con la ventana abierta. Jajaja puta la wea, iba saliendo y mi hermana entraba para llevarme algo de comer. Espero por su estabilidad sicomotora que no haya quedado nada ¡No! dejé la cama cerrada, espero que no la quiera tender aprovechando mi ausencia (o que todavía no ha sido atacada). Quería volver y advertirle, pero nuevamente siento un retorcijón. Me apuro en ir al baño. Pongo atención a ver si de mi cuarto no se oye un grito o un golpe seco como si alguien cayera. Desabrocho el cinturón. Fuera bombas y a sentarse. Puta que esta helada la wea de taza. Claro, justo ahora no hay indicio de mierda ni retorcijón. No he comido nada, es la peor sensación. Cagar sin haber comido. Vas al baño a hacer pucheritos nada más. De pronto siento que viene uno ¿Será niño o niña? espero que venga con la cabeza primero para no tener complicaciones... lo siento, he sido muy explícito hasta ahora. Lo que pasa es que igual estoy sensible y la wea. Ufff una fuerza de empuje o contracción. Sigo: además esta comprobado científicamente que si pasa la parte más grande del cuerpo primero, lo demás sale sin dificultad. Bueno, al final no cagué nada, apenas me salió un pequeño y escuálido soplido, el hijo del ninja... ¡Mi hermana por la chucha! me limpio, un padre nuestro, tiro de la cadena y me voy a la pieza. Entro y -de verdad- temí mirar al suelo. Estaba ella al lado de la ventana, ella usa lentes pero los tenía en las manos. Imagino que le ardieron los ojos o algo así. Me dice "acuéstate y tómate la leche", cierra la ventana y se va. "La saqué barata" me dije y reí. La cama estaba ordenada y me acuesto de nuevo. Pensé en mi hermana por un rato. Supuse que ella no podría darle de amamantar a su hijo por un tiempo, digo... la cama todavía guardaba un poco de la "esencia de la dinastía del maestro Lao Tse". Me senté en la cama ¡Leche con chocolate! que bien irían con unas galletas, pero no, apenas podía tragar el tibio producto. Tardé mucho creo. Mandaron a mi hermano chico a ver si me había tomado ya la leche o no, además, me puso el termómetro de nuevo. Supuse que mi hermana no vendría más. Agravaría su condición si se repite el plato. Puta la wea, terminé la leche y por fin puedo acostarme. Me duele más que la chucha la garganta. Mi hermano chico se lleva el vaso, remoja el paño, lo acomoda en la frente del weón que no baja de los 38 y apaga la luz.

Todo esta tranquilo y tibio. Me siento protegido y sin miedos. Estoy pegado a un pecho, bebo leche calentita. Tengo mucha hambre, no me canso de beber. Me veo a mí entrar a la habitación donde estoy. Había más personas conmigo ahí pero me llamó la atención el ruido que mete ese tipo. Me despego de la teta para ver mejor a ese personaje que entra. Lleva un coche consigo. La siguiente frase me da risa por lo extraña: Me doy una sonrisa y a la vez me sonrío. Sigo tomando pecho y yo paso de largo ¡Ya sé! eso fue en una de mis visitas al poli clínico. Me pasa que casi siempre me miran los bebés y claro, yo les veo. Siempre me inspiraron ternura estas criaturitas. Incluso si oigo algún bebé llorar, trato de alejarme o rogar para que calle pronto. Es probable que llore con ellos. Tengo ganas de llorar, me han quitado mi teta. Quiero llorar pero siento un beso y como me acurrucan. Vamos a otra habitación. De reojo me veo con un bebé en brazos, era un bulto rosado. Tengo frío. Una vez vi un programa donde decían que a los bebés les llama la atención cierto tipo de personas que otras, algo respecto a la forma de los labios, rostro y claro, la percepción de "como" es ese sujeto. Siempre que cuento esto me hacen algún chiste pues suena como a presunción de belleza o algo así. Nadie me manda a contar las weas que aprendo mirando el NatGeo, Discovery, Infinito o la wea. Estoy cayendo, no sé si me han empujado o he saltado. Siento que es de una buena altura pues siento como cada vez tomo más y más fuerza y rapidez. Supongo que sea cual sea el motivo, ya a esa velocidad moriré. Sigo cayendo cada vez más rápido. He muerto tantas veces. He sentido el dolor del fuego en mi piel. La desesperación de la asfixia de diferentes formas. Como fluye mi sangre de alguna herida mortal. Recuerdo por ejemplo el desplomarme tras recibir un balazo en mi cabeza. No me pregunté "¿Porqué?" ni si "lo merecía" ni nada. Lo experimenté nada más. No hubo dolor, solo la sensación de no saber que pasaba para luego percatarme de lo que ocurría. Olor a carne quemada y pólvora fue lo último que recuerdo respirar. El frescor del viento en el enorme forado que dejó la salida de la bala en la zona posterior a mi cabeza. Luego ya no veía nada, todo se fue a blanco. Seguía ahí, no hubo dolor, oía lo que pasaba. Los curiosos y la histeria que tal hecho provocaba en plena vía pública. Me han matado tantas veces como en tantas vi quien era el autor. Personas que conocí de siempre, vi crecer o hasta perfectos desconocidos. Bien amados o enemigos declarados. Situaciones peligrosas o simples -y claro, mal aventurados- accidentes. He muerto tantas veces que incluso me da lo mismo el como muera. Lo que me importa es cuando muera. Quisá siempre crea que "no es el momento", lo que si recuerdo (y me alegra) es que esa agonías vividas siempre me dan el tiempo de repasar las cosas. Repasar la vida ¿Prepararme para lo que se viene? no sé. Repaso y revivo nada más. Tengo miedo. Estoy siendo atacado, salgo de un apacible y seguro encierro, a un frío y ruidoso espacio. Me aprietan la cabeza y me toman de los pies. Ponen una cosa con signos en mi muñeca. Respiro un olor que me es familiar. Siento que soy motivo de alegría ¡Hey! a ti te había visto antes... ¿Como has estado? lo siento, no entiendo lo que me dices ¿Porque lloras? no te preocupes, pasaremos unas buenas temporadas y de lado a lado. He venido para eso. Vete tranquilito a casa. Todo es nuevo ahora, si, creo que para los dos lo será. No te preocupes por la marca en mi cabeza ni el color de mi piel. Descansa nada más, si lo haces, me dejarás tranquila ¡Oye! ¡Gracias por el abrazo y el beso! Siento sueño y calor, me dijeron que harán unas pruebas o algo así. Aprovecharé para dormir un rato... tengo hambre… ahora sé que fui mi hija al nacer. Caigo y caigo. Con movimientos de piernas y brazos voy de un lado a otro, intento saber si estoy cayendo al lado de alguna pared o algo así. Nada, no se nada, solo sé que continúo en mi caída libre. No puedo ver hacia donde voy, la velocidad no me deja mirar con claridad. No tengo miedo, solamente caigo. Miro a ver desde donde salté (o me ayudaron a hacerlo). No veo una mierda, creo ver un punto lejano que se aleja ¿Será un precipicio? Siento mi cuerpo como si fuera ya algo que se destrozará antes de llegar al final del camino. Me atrevo a mirar abajo, no tengo nada mejor que hacer. No sé que pensar acerca de esto. Hay una luz y me doy cuenta que no caigo más rápido, subo más rápido. Si, en realidad nunca estuve cayendo, me elevaba a gran velocidad. Imagino que el punto a la distancia sería… ¿La tierra? Pero no vi nada más, ni sol ni estrellas, bueno ahora si, pero ¿Que pasó antes? será que atravesaba alguna especie de ¿Pasaje de escape? ¿De vida o muerte? No me importa. La vista ya no me molesta, más si la luz. Cayendo al cielo. Sigo "cayendo hacia arriba". Imagino que me van a putear por algo y que de ahí me mandarán a donde corresponde. Aunque sigo "cayendo" se siente bastante acogedor el lugar. No llego todavía, pero siento que podré responder todo en un inminente interrogatorio. No sé porque pienso eso ¿Será que ya he pasado por esto antes? La velocidad se multiplica de súbito. Siento que mi cabello ya no me molesta, esta perfectamente peinado hacia atrás, como una especie de casco aerodinámico, será por la velocidad. A pesar de la velocidad que seguía aumentando me doy cuenta de mi desnudez. Siento mucho frío en mi entrepierna. Pongo ambas manos para cubrirme y darme calor. Siento el aire correr por ahí, el aerodinamismo también se ha tomado ese lugar, pero ¿Que pasa? se supone que tiene que haber además de las papas y la salchicha, algo de boscosidad. Como sea, imagino que de este modo viajaré mejor... como sea. No me preocupa eso, nada más me extrañó. La velocidad aumenta mucho más, si se había multiplicado, ahora lo ha hecho otra vez y por más veces. Siento que llego al final. Cierro los ojos, abro los brazos y sonrío para bien recibir mi final y me fundo de golpe con lo que puede describirse como una pared translúcida que casi atravieso de la sola velocidad. La consistencia de esto impidió continuara mi caída hacia la nada, devolviéndome a la misma pared. Haciéndome parte de ella. Sentí ir en dirección al fin del universo, pasé por el lado de algunas estrellas y me sentí observado por seres de otras civilizaciones. Quizá para ellos fui estrella fugaz, quizá sabían quien era. No me importa en realidad. Todo fue tan rápido que no alcanzo a describir todo. Estoy dentro de un firmamento confundido en el firmamento. Soy parte de algo, quisá de todo, quisá otra vez.

Presunción de sentimientos o solamente conocimientos,

sensaciones viejas en mente nueva, multitud que desaprueba,

una verdad frente al rumor, olvida las penas deja el rencor,

eres cómplice de algo, grita "presente" no "donde y cuando",

si quieres ser feliz y alegre, la receta es fácil ve si te atreves,

amar ese sencillo gran anhelo, regalar perdón y dar consuelo,

no tengas miedo de nada, a veces solo una sonrisa o mirada,

podrían bastar para ser alegría, has de la vida alegoría y poesía.

Abro los ojos, pensé que lloraba al sentir que gotas corrían por mis mejillas. Es mi madre que ha refrescado la toalla que ha vuelto a poner en mi frente. Se siente helada y siento también como rápidamente comienza a perder ese frío que me alivia. Siento el agua entibiarse, sigo con fiebre. Me molesta la luz. No sé si adivinaron o dije algo (no me escuché decir nada) pero apagaron la luz. Gracias. Me molesta el pelo en la cara. Con agrado me lo cortaría todo ahora mismo ¿Será que ayuda a que no se vaya la fiebre de mí? me molesta mi cabellera, me la quito del rostro para así evitar querer arrancármela. Aunque oscuro, todo se va a blanco. Enceguecedor y fuerte blanco. Luz que quema. Siento vapor y humedad que me abandonan. Me acuerdo que alguien dijo que me encerré. Cerré por dentro y no pudieron entrar por un buen rato ¿Quien hubiera dicho que tomaría la máquina de afeitar eléctrica y haría eso? Quien lo diría jajaja dejé un lindo y llamativo mohicano de la gran mierda ¿Porque lo habré hecho? ¿O lo hicieron, pero quien? Recuerdo una visita, si ¿Pero quien? no, no culparé a nadie, ya la cagué... aunque me siento más aerodinámico en realidad, puta la wea. Saco weas. Me pregunto: ¿Se puede existir en un segundo? me lo pregunté después de lo que describiré ahora. Esto fue lo último que recuerdo haber "visto" o "sentido" (si se le puede llamar así de ese modo). Imagino que será un mensaje para entender algunas cosas pendientes. Bueno, como una vez aprenda de esas, vendrán otras. Bienvenidas...

Muchas personas están conmigo, no veo la cara de nadie. Me observan los weones y no dicen nada. Les extiendo una mano y siento como evitan tocarme. Les hablo, les grito y ellos siguen ahí, no escucho mis intentos de hablar, y ellos siguen permaneciendo ahí. Imperturbables. Me siento al borde del un pesado sueño, quiero hablarles. Alguien se sienta a los pies de mi cama y me toca los pies. No sentía mi cuerpo, estaba pegado a la cama, pero sentí su mano en mí. Eran sombras o yo veía borroso. Algo extraño pasaba, cerraba los ojos y les seguía viendo, no querían que les perdiera de vista. Hablan entre si, lo entiendo por como mueven sus cabezas y hacen ademanes con las manos. Gestos de histeria y de tranquilidad. No puedo leer lo que dicen, no puedo entender ni escuchar lo que hablan. Sé que es de mi pero no se de que ni porque. De pronto unos abandonan la habitación. Quien se había sentado a mis pies se incorporó. Entro alguien grande por una puerta que no sabía existía. Atrás de el venían quienes abandonaron antes. Al menos eso creo. No tuve ningún tipo de miedo, es más, me sentía tan tranquilo y el sueño no era problema. Es como si no hubiera tenido nunca párpados. Sentía como abría y cerraba los ojos y nada se perdía. Maravillosamente extraña sensación. Alguien hizo una seña y todos comienzan a abandonar mi habitación. El tipo grande hace un gesto y quien se había sentado a mis pies se queda un rato más. Sentí mucho bienestar con ese ser al lado. Intenté descifrar su figura, usaba vestido, pero como dije, solo era una figura oscura. Una sombra cuyos contornos se desvanecían y mezclaban con el fondo del cuarto ¿Habrá estado aburrida? ya no me prestaba mucha atención. Ojeaba las cosas en las paredes, creo que también tomó algunos cuadros. No sé si los levantó o no. De espaldas a mi, me dio la impresión de que eso hacía. Creo que cambió de lugar algunas cosas. Recuerdo que había ordenados esas fotos de cierta manera y ya no permanecían en ese orden. Lo revisaré luego, eso espero. Siento un llamado, no sé que fue pero los dos miramos a la dirección de donde provino el... ¿Sonido? no, no fue un ruido, no palabra, no seña, no nada. Algo hizo que mirara en dirección a la puerta y el ser hizo lo mismo. Me miró y sentí una despedida. Mirando su oscuridad intenté descifrar una mirada o algo que me permita reconocer a ese ser que se quedó. No pude sacar nada más que lo que vi. Se dirigió a la puerta y se perdió de mi vista. Una vez hizo eso me incorporé en la cama. Noté que ahora me podía mover. Seguía sin poder hablar, quería que viniera alguien y me dijera que pasaba. Ahora cerraba los ojos y todo estaba oscuro. Abro los ojos nuevamente y miro el móvil didáctico que cuelga por sobre la cama. Estoy acostado de nuevo. Estoy solo. No sé si es de día o de noche. Las cortinas oscuras no me dejan adivinarlo. La luz esta encendida y no me ayuda a saber. No importa. Cierro los ojos. Siento que caigo unos centímetros. Como quien se deja caer al pasto. Siento en mi espalda una superficie suave. De pronto ya no siento arriba ni abajo. Floto y todo mí alrededor es oscuridad. No veo ni mis manos ni cuerpo. Quisá nuevamente esté inmovilizado. No me puedo llevar las manos a la cara siquiera. No siento mi cuerpo. Solamente puedo mirar nada. Siento que tengo los ojos cerrados, algo me dice que no me precipite por lo que estoy a punto de ver. Obedezco. Seré solamente observador, seré observador y nada más. Atravieso un duro y seco pastizal. Hace frío, mucho frío pero no lo siento y no me importa. Aún así lo sé y avanzo. Estoy al acecho de algo pero no lo pienso. Lo busco siendo animal, siendo instinto. Aún así siento amor y alegría. Gozo de vivir ¿Y porque no habría de sentir eso? no soy humano que analiza y define. Soy vida y avanzo, soy vida y vivo. Mi comida en la mira. Estoy a un movimiento de llevar alimento a la madriguera. Soy cazador y podré quisá ser cazado. Puede ser esta oportunidad una trampa pero no lo pienso así. Solamente vivo. Soy instinto, alegría, amor y vida ¿Estoy bien? no lo sé, eso no me lo pregunto yo. Mi experiencia me dice nada más que ¡Ahora es el momento de mi jugada! Una vida se va y permite que otras continúen. Es lo justo ¿O no es así como deberían ser la cosas? no lo sé, yo solamente soy. Sigo avanzando. Ahora sin dejar huellas, estoy en muchas partes a la vez. Avanzo sin avanzar, me expando. Soy una parte de todo, soy fría neblina. No soy extremidades ahora, soy elemento en movimiento. Algo pasa ¿Tendría que sentir pena o lástima por quien muere a mi paso? podría ser pero no siento nada ¿Esa ave estaba enferma de antes o la estoy matando yo? no pienso en eso ¿Podré alejarme de quien no me necesita? no es mi ocupación pensar en eso. Existo. Estoy y a la vez no, inerte y constantemente vivo. No llego a esa fogata, me aleja y deshace mis caricias. Bebo despreocupado entre la oscuridad. Me alegro haber cazado esas fieras. Saboreo lo que dentro de unas horas cocinaré. Dormiré cansado una vez me meta a mi saco. Me poso en el rostro de alguien. Me alimento. Observo en la noche, pasos que no quieren ser descubiertos. Por mis venas corre sangre sucia. Despierto asustado en una cama. Le canto una bonita canción a un bebé que no nacerá. Fluyo. Soy viento que sopla, soy calor que abraza. Un ave que muere en su nido. Una fogata se extingue en la noche. Sigo existiendo. Sigo siendo parte de algo que no entiendo todavía. Dolor, mucho dolor en un nacimiento. Un nuevo ser me respira. Me extravío en una ciudad. Siento tristeza y soy bruma. En otro extremo, un desconocido para todo el mundo muere. Hay risas y llantos. Problemas y soluciones. Soy odio desmesurado por cosas sin importancia. Vivo sin darme cuenta que desecho lo importante. Soy tierra infértil y fruto fresco. Tengo el dolor del herido y la risa del alegre. Acabo de ver una estrella a lo lejos, trazo figuras que nadie ha imaginado. Sé de la existencia de cosas y seres que todavía no son descubiertos. Soy ellos y, a la vez, siento una impetuosa curiosidad por conocerles. Veo mi primer sol siendo brote. Lucho por llegar al comienzo del un río. Miro de alegremente los primeros pasos de un potrillo. Me abalanzo tras mi presa. Vuelo apoyado en los vientos, miro el firmamento. Me despido abrazado a un ser que me ha regalado su miedo a morir. Miro sin ver el día. Me abrazo a las rocas como azote de mar. Desciendo por un sendero que nunca nadie ha pisado. Siento sin sentir. Contamino de felicidad y alegremente destruyo. Avanzo y existo. He satisfecho mi hambre y he roto un corazón. Sinfonía de colores en una selva y la última risa de un viejo. Gotas de lluvia que caen sobre un triste rostro. Danza de peces en un recóndito lugar del océano. Soy corazón de quien mira a los ojos a su depredador. Suavidad que acaricia y filo que rasga. Un rayito de luz que quiebra la oscuridad. Pesadilla de un niño y el sueño del condenado. Tan solo un segundo, una fracción quisá. Me despido de un amigo. Comienzo un viaje del cual sé no volveré. Estación que muere y nace. Ciclos de vida. Más amor y alegría. Muchas sensaciones para apenas experimentarlas en un solo y exquisitamente eterno segundo. Fui todos a la vez y me alegra ser parte de esto. Inconcientemente y por un segundo fui todos. Me he dado cuenta que si se desea, concientemente podemos seguir siendo parte de todos. Respiro profundo y vivo para quien lo necesite. Río, lloro y canto por quienes no pueden. Amo y estoy alegre.

Playa que besa su mar, ave que trina de alegre,

flor que amanece, bruma que abraza soledad,

muerte y nacimiento, un lugar desconocido,

soy un último latido, caricia tibia del viento,

soy frío de amanecida, dibujo risas y color,

por la vida soy amor, soy amor por la vida.

De vuelta a la realidad. Otra vez arriba de un auto, era un taxi. Eran cerca de las 21 Hrs. e íbamos con mi mamá hacia el poli clínico. Llegamos, mi papá estaba allá y había tomado números de atención. Puta la wea, atienden por número de llegada, y si era urgente te hacían pasar antes. No era por o para mí esa parte. Había bebitos que apenas respiraban o que estaban como muñequitos, se notaban enfermos. Puta la wea. Menos mal que estaban antes que yo. Estos weones consideran urgencias a un recién y ensangrentado accidentado, los ladrones o drogadictos que traen los pacos (donde les hacen la revisión que indica que no les han pegado) o los apitutados que son amigos de los guardias o del wn de turno. Que les cuesta hacer pasar a alguna sala a los bebes y ponerles la wea de nebulizador. Son problemas respiratorios nomás. Sigue llegando gente. Me duele el cachete todavía, no me quiero sentar. Puta la wea ¡Perdí la hoja de ayer! bueno, les puedo decir que me dieron las pastillas y que me pusieron, pero ese papel me sirve de justificante para el trabajo. Bla bla bla. Pasan casi dos horas. Llaman a mi mamá primero. Mientras espero me doy cuenta de algo. A mi mamá y a mí nunca nos pusieron Penicilina con Benzatina. Nos inyectaron Diclofenaco y nos dieron pastillas de una wea que terminaba en *xicilina para la fiebre ¡Por eso mi hermano se recuperó primero! Ahí esta la wea. A mi me atendieron justo a las 23 Hrs. Le dije al señor de turno lo que pasó con el papel y se conformó con lo dicho. El wn que le ayudaba (el goma de los doctores) se había indignado con mis palabras y con lindas palabras me puteó el maricón agrandado ¿Donde está la señorita de los pantalones apretados? Porque ponen a este weón en su lugar, no tienen conciencia ni ganas de ayudar a los enfermos. Desconsiderados. Puta, el wn me toma la presión y me trata como si le debiera plata y además le estuviera quitando su valioso tiempo. Finalizaba cada una de sus frases con "tenís que haber sacado hora y llegar en el día". Puta la wea, entiendo que "pude" haberlo hecho, pero se suponía que tenía control en 3 días, y me estaba recagando en la casa y apenas habían pasado 24 hrs. ¿Que más quería? El doctor llegó otra vez (se paseaba de biombo en biombo revisando a los diferentes seres). Me revisa la garganta, me mira los ojos, las orejas, hace que me acueste, me levanta una pierna, me toca el cuello, me escucha el corazón, me hace toser, le faltaron las poses hot nada más al wn chistoso. Bueno siguió con toda la wea que hizo para decir algo al final. Puta, no escuché nada. El wn que le ayudaba me miró fijo ¿Que wea le dijo el doctor? de repente se acerca a una repisa. Saca unas weas que no veo. Rompe unas ampollas. Puta, otra aguja en el culo. Se acerca con una bandejita. Me dice "bájese los pantalones y relájese". Veo dos jeringas... "¿Oiga, esas dos son para mi?", contesta "mire hacia adelante y relájese" mientas me peina el poto con un algodón. Miro a la foto de un osito pegada en la pared y siento un pinchazo de golpe. No es el pinchazo, ojala fuera eso. Es el líquido que no se quiere mover de donde entra, lo hace de a poco y dolorosamente. Siento que saca la aguja y pensando que el tipo es bastante lento para inyectar, siento otro rápido golpe pinchando mi otro cachete ¡Puta la wea! ¡Me duele y la clava tan solo a centímetros del de ayer! otra vez por unos largos segundos siento como la wea se esta haciendo parte de mi. "Levántese su ropa interior y se va por favor, acá tiene su hoja de atención". Ay... mi hermana me dijo que doblando las piernas hacia atrás, hará que el líquido se disperse más rápido y duela menos ¡Puta la wea! casi me caigo de rodillas por hacer la gracia ¡Y me dolió más! si con un cachete pinchado cojeas ¿Como le haces cuando tienes triple porción? trate de salir digno, pero salí como las weas por el pasillo de urgencias. La gente me miraba. Quisá se preguntaban si me habían clavado o hecho un examen a la próstata. Caminaba como vaquero con hemorroides por la chucha. Dolía, dolía mucho más si me movía... tenía que hacerlo. Caminamos hacia el taxi. Mi mamá a pesar de lo cagada se rió de mi trayecto al paradero y luego rió más al ver la cara del taxista. El wn estaba asombrado (ojos de pepa y boca abierta incluida) por ver mi estrategia para sentarme al lado de el sin dañar más mis adoloridas y mal logradas mejillitas. Llegamos a casa, en un día y medio el doctor me dirá que tuve una Laringitis y Faringitis y además -y para poca sorpresa mía- que se agravaron las weas. Claro, ya estaría mejor para ese entonces y sería una "anécdota" que alguien podrá leer en un tiempo más ¡Puras weas y que viva!

Como sea. Se acabó la historia. De vez en vez me podría acordar de algo y agregarle algunas palabras más al relato. Nada que la transforme al punto de lo irreconocible. Quizá mejor que no. Es decir, esto que ahora han tragado es la base argumental -y quisá un 90 o más por ciento- de todo. Recuerden, no he ocultado nada, solamente puse lo que recordé de este extraño período. Respecto a las "prosas", pues puse lo que recordaba, me parece que eran más largas y quisá por no recordar alguna línea, pudieran tener más sentido... al igual que el resto por supuesto. Ah! Por si alguien pregunta: ya no me pican tanto las pelotas jajaja puta la wea ¿Con que cara miro ahora? con la misma de wn nomás. La risa, hace tiempo no reí tanto estando cagado, ahora lo hago más recordando incluso, quisá este recuperando tiempo perdido. Como sea. Me cuido ahora y por supuesto también cuido de mi pequeña. Quiero cambiarme de trabajo y tengo que estar saludable para eso. No me pregunto que vendrá más adelante, existo nada más. No dejaré que la incertidumbre de las probabilidades sea impedimento para avanzar y desarrollarme. Miro hacia adelante y sonrío vida.

Amor... bonita palabra.